Desafortunadamente, el mobbing o acoso laboral, es uno de los grandes problemas que están a la orden del día. Este asedio moral puede proceder tanto por parte de los superiores como desde los compañeros de trabajo.
Hay muchas formas de llevar a cabo mobbing en una organización empresarial. De este modo, el trabajador puede ser socialmente aislado del resto de la plantilla, tener que realizar tareas absurdas o de escasa importancia, hacer los peores trabajos o sufrir violencia psicológica e incluso acoso sexual.
Por lo general, el acoso procede de quienes ocupan puestos superiores en el escalafón. No obstante, el acosado también puede sufrir mobbing por parte de sus compañeros.
¿Qué es el mobbing y quién lo lleva a cabo?
Según el Instituto Nacional de Higiene en el Trabajo, se considera que existe mobbing cuando un trabajador sufre un acoso psicológico llevado considerable y de manera prolongada. En semejante situación, el trabajador acosado deja de relacionarse con su entorno en la empresa, quedando aislado en el plano social. Por otra parte, el acoso laboral termina por perjudicar su rendimiento y, en ocasiones, puede llevar a tomar la decisión de dejar el puesto de trabajo.
Ahora bien, se habla comúnmente de mobbing. Sin embargo, habría que distinguir entre dos clasificaciones si utilizamos un criterio más estricto. Así pues, estaremos ante bossing si el acoso lo perpetra un superior, mientras que estaremos ante mobbing si el acoso psicológico es llevada a cabo por compañeros de trabajo.
Víctima y acosador
Pero, ¿cómo es la personalidad del acosador y del acosado? ¿Cuáles son sus rasgos psicológicos? Pues bien, el acosador suele ser alguien manipulador, carente de escrúpulos morales, sin empatía, con un marcado complejo de inferioridad y que muestra un rendimiento mediocre.
Por el contrario, el acosado es una persona decente, responsable, que cree en el esfuerzo y cuando sufre acoso, su rendimiento comienza a decaer. Al verse envuelto en una situación de acoso, no entiende qué es lo que provoca el desprecio que padece.
¿Cuándo estamos ante un caso de mobbing?
Para que se dé una situación de mobbing, deben coincidir los siguientes elementos:
- Que el acoso laboral se lleve a cabo en privado o bien que haya lo que se conoce como “testigos mudos”. Estos testigos mudos presencian el acoso, pero no intervienen. Bien por miedo a convertirse en nuevas víctimas, por complicidad con el acosador o por indiferencia.
- Un sentimiento de culpabilidad comienza a aflorar en el acosado. Pese a ser personas dotadas de un fuerte sentido de la ética, al recibir ataques sistemáticos, terminan por avergonzarse y por sentirse culpables.
La siguiente pregunta a plantearse es: ¿Cómo se lleva a cabo el mobbing en una organización empresarial? Las formas de llevar a cabo el acoso moral en el trabajo son muy diversas. En este sentido, pueden pasar por la desinformación, las amenazas, las críticas, comentarios destinados a dañar la reputación de la víctima o asignarle los peores trabajos y tareas que carezcan de sentido.
Todo comienza con ataques indirectos, para dar lugar a comportamientos de acoso que se irán prolongando en el tiempo. Por lo general, la empresa suele intervenir demasiado tarde, cuando el conflicto ya es insostenible. En esta etapa, aumenta el grado de culpabilidad que siente la víctima. Finalmente, la víctima termina por dar muestra de las secuelas psicológicas que ha dejado en ella el acoso. Siendo, en este punto, frecuentes las bajas por depresión, que pueden terminar por desembocar en el abandono definitivo del puesto de trabajo.
¿Cómo reaccionar ante una situación de acoso?
Para responder ante un acosador es fundamental mantener la calma, no responder de manera impulsiva y en ningún caso, pedir explicaciones o disculparse ante el acosador. Se trata de no caer en el juego de una persona manipuladora y amoral.
Esto no significa que haya que quedarse callado ante un ataque, ni mucho menos. Hay que responder de manera contundente, sin asumir la culpabilidad que el acosador intenta imputarnos, intentar recopilar pruebas de todos los ataques y ponerlo en conocimiento de los tribunales.
Hay que señalar que probar un caso de mobbing en la empresa suele ser bastante complicado. El problema se encuentra en la escasez de pruebas que queden por escrito y en la falta de testigos. Y, en caso de que existan dichos testigos, muchos de ellos no quieren implicarse por temor a las posibles consecuencias.
A pesar de ello, la víctima debe de contar con testigos que la respalden, guardar todas las pruebas posibles y aportar informes médicos. Así, la situación de acoso prolongado, debe ser puesta en conocimiento de la Inspección de Trabajo y del médico de la empresa. Tampoco hay que olvidarse que el comité de Seguridad y Salud de la empresa, así como los sindicatos pueden constituir una red de apoyo para la víctima.
La empresa, un elemento clave en la prevención del acoso laboral
Más allá del modo en que pueda defenderse el acosado, es responsabilidad del empresario garantizar un ambiente de trabajo libre de mobbing. Para ello, los puestos de trabajo deben estar correctamente diseñados, la normativa disciplinaria interna debe ser implacable con el acoso y los superiores, como responsables de la prevención del acoso, deben vigilar los posibles riesgos de mobbing e intervenir cuando la situación lo requiera.