La empresa estadounidense SpaceX, fundada por Elon Musk, ha conseguido un gran éxito al lanzar al espacio el cohete Falcon Heavy. El fuego brotaba de los propulsores del cohete y una colosal nubarrada de humo engullía la lanzadera. El cohete surcaba los cielos azules, avanzando inexorablemente hacia el manto negro estrellado del espacio. El lanzamiento del Falcon X supone un hito en la historia espacial y empresarial, pues se trata del primer gran cohete puesto en órbita por una compañía privada, quedando al margen grandes potencias espaciales como Rusia, Estados Unidos y China.
Esta nueva época de avance espacial nos recuerda a los tiempo de la guerra fría, las dos potencias hegemónicas del planeta, Estados Unidos y la antigua Unión Soviética, compitieron por la conquista del espacio. Ambas naciones lanzaron cohetes al espacio y pusieron satélites en órbita. La perra Laika fue el primer animal enviado al espacio (1957) y el ruso Yuri Gagarin tuvo el honor de ser el primer cosmonauta puesto en órbita con éxito. En 1963, su compañera Valentina Tereshkova fue la primera mujer en volar al espacio.
Y cómo no, en la mente de todos, permanece la imagen del astronauta Neil Armstrong, ataviado con su escafandra mientras da los primeros pasos sobre la superficie lunar (1969) y pronuncia la célebre frase “Este es un pequeño paso para el hombre y un gran salto para la Humanidad”. Pues bien, ya no son los estados los que pugnan por la supremacía espacial, ahora, el sector privado se ha sumado a la carrera espacial.
La carrera espacial ahora es empresarial
El éxito del Falcon X radica en los bajos costes que supone la puesta en órbita de este cohete. El cohete puede ser reutilizado, no es necesario fabricar un cohete para cada lanzamiento, como ocurría antaño. Basta con reemplazar unas pocas piezas y reabastecer de combustible al cohete. Sin duda alguna, la reutilización es la clave de los tres cohetes Falcon, que se estima que tienen un coste de 30 millones de euros cada uno.
Ahora bien, el proyecto espacial de Elon Musk y su empresa SpaceX no se limita a los 30 millones de dólares que cuesta cada cohete. Detrás hay mucho esfuerzo y una inversión que supera los 500 millones de dólares. Veremos si Musk logra su codiciado objetivo de llegar a Marte en 2020.
Para la financiación de este proyecto espacial han sido claves los empresarios de espíritu emprendedor y los recursos financieros proporcionados por los fondos de inversión de Sillycon Valley. En cuanto al sistema de producción, no se ha recurrido a métodos innovadores, puesto que se ha empleado la producción en cadena. Esta forma de producción se caracteriza por una gestión eficiente del tiempo, empleados especializados y el uso intensivo de máquinas en los procesos productivos.
Pero, ¿quiénes son los empresarios que están detrás de este lanzamiento? Como anteriormente decíamos se encuentra Elon Musk (cofundador de Paypal, Tesla, Hyperloop y Solar City).
Más allá del lanzamiento de cohetes al espacio, empresarios emprendedores como Jeff Bezzos (fundador de Amazon), mediante la creación de la compañía Blue Origin está estudiando el turismo espacial. Bezzos no es el único, dado que Richard Branson, que encabeza Virgin Group, está trabajando en el mismo proyecto a través de su empresa Virgin Galactic.
Europa y la llegada de nuevas empresas
Si las empresas estadounidenses llevan la delantera en esta carrera espacial privada, las compañías europeas parecen situarse en una posición más rezagada. Todo indica que Europa tendrá que esperar hasta 2021 para lanzar el cohete Arianne 6, obra de las aeronáuticas Thales y Airbus.
El talón de Aquiles de la industria aeroespacial europea se encuentra en las mayores dificultades de financiación. La banca europea y los fondos de inversión no brindan un apoyo financiero tan notable como en Estados Unidos.
Dos empresas ya mencionadas, Thales y Airbus, son quienes abanderan el sector aeroespacial en Europa. A pesar del dominio de estos gigantes, desde la Comisión Europea, tratando de fomentar la competencia, ha buscado impulsar la entrada de empresas de menor tamaño y que puedan operar ofreciendo precios más baratos. Merece la pena destacar a la española PLD Space, cuya sede se encuentra en Elche y que está trabajando también en cohetes reutilizables a bajo coste.
Raúl Torres y Raúl Vidal, dos jóvenes emprendedores, crearon PLD Space tratando de ofrecer un tipo de empresa distinta a la del tradicional modelo de la construcción español. De momento, estos innovadores empresarios están embarcados en los proyectos Arion 1 y Arion 2. Tan solo es cuestión de tiempo que logren exitosos lanzamientos de cohetes.