Autoconcepto
El autoconcepto es la opinión o la imagen que tiene un individuo sobre sí mismo. La interacción social, y la manera de relacionarse con el mundo en general, son aspectos muy influyentes en el desarrollo de este término.
El autoconcepto es un término muy utilizado en los diferentes tipos de psicología, aunque ha sido muy desarrollado especialmente por la psicología humanista.
En resumidas cuentas, el autoconcepto es la imagen que uno tiene de sí mismo. Y para llegar a esto se unen varios factores: la influencia que tienen los individuos con los que una persona se relaciona habitualmente, y la manera en la que uno se percibe atendiendo a sus rasgos de personalidad, y características propias. Todo ello conforma el autoconcepto.
El autoconcepto nace con el ser humano, y de forma progresiva se va desarrollando en función de las vivencias, así como de las situaciones que se van dando de manera diaria.
Además, se puede ir modificando en función de los acontecimientos que surjan. No es algo inamovible, sino que depende de lo que va surgiendo en la vida de una persona y del rol que desempeña.
¿De qué se compone el autoconcepto?
El autoconcepto tiene dos componentes fundamentalmente:
- Identidad personal: Aquí intervienen factores que se atribuyen al propio individuo como son los rasgos de personalidad, sus gustos, su visión personal, pensamientos, ideas y creencias.
- Identidad social: En este apartado intervienen elementos relacionados con el ámbito social de una persona, pueden ser sus amistades, la familia, el tipo de religión al que pertenece, las actividades que realiza en algún tipo de comunidad, o de ocio, la universidad, o las relaciones de trabajo.
Ambos factores configuran el autoconcepto de una persona, y sirven para reforzar su identidad.
¿Qué factores influyen en el autoconcepto?
Estos son los factores principales:
- Actitud: Es la manera en la que se reacciona ante una situación determinada. La forma en la que se evalúa positiva, o negativamente algo en concreto. Esta evaluación hará que se actúe acorde a la percepción que se tiene sobre ello. Por ejemplo, si alguien tiene un buen autoconcepto de sí mismo en cuanto a que es un buen orador, y ha de dar un discurso, seguramente no le genere ningún tipo de problema. Pero si por el contrario, una persona es tímida, y su autoimagen en relación a esto es negativa, seguramente le cause cierto malestar hacer algo así.
- Esquema corporal: La percepción que un individuo tiene sobre su propio cuerpo, y su físico. El esquema corporal está muy influenciado por las modas que se den en ese momento, por las relaciones sociales, y por los pensamientos que tiene uno sobre su estado físico en general. Es la manera en la que se ve una persona, no como lo perciben los demás.
- Valoración social: Todo aquello que conecta al ser humano con el resto, y la valoración que hacen de él de forma externa. La manera en la que lo perciben, las relaciones que se dan entre ellos, los reconocimientos que puede tener, las críticas, los halagos que puede recibir, entre otros factores. Todo ello influye en el autoconcepto en gran medida.
- Aptitud: En el autoconcepto también influyen el tipo de capacidades que tiene una persona para realizar algo en concreto. Aquello que se le da bien, o lo que no gestiona con gran destreza.
Diferencia entre autoconcepto y autoestima
El autoconcepto, va ligado a la autoestima. Se diferencian en que esta última se centra en la parte más emocional, es un elemento más subjetivo. En ella entran los juicios sobre uno mismo, las valoraciones y una imagen enfocada al plano mental. En contraste, el autoconcepto es una información más objetiva sobre como nos vemos.
Hay que añadir también en última instancia, que el autoconcepto es cómo se ve uno mismo, pero eso no significa que esa percepción propia sea igual a la que tienen los demás. Por ejemplo, alguien puede considerarse tímido, pero realmente su grupo de amigos, o compañeros de trabajo no lo percibe de la misma manera.