Blaise Pascal (1623-1662) fue un destacado matemático, filósofo y científico francés. Sobresalen sus aportaciones al estudio de la probabilidad, la presión y el desarrollo de la primera calculadora mecánica.
Infancia y juventud
Nacido en 1623 en la localidad francesa de Clermont Ferrand, Blaise Pascal se caracterizó por una salud delicada a lo largo de su vida. A pesar de ello, destacó por su talento y su inteligencia ya a una corta edad.
No tardó en sobresalir en una disciplina como las matemáticas. Con tan solo 15 años, llegó a escribir un ensayo matemático titulado Ensayo sobre las cónicas. Sin embargo, más allá del estudio teórico de las matemáticas y otras ciencias, Pascal también aportó grandes innovaciones prácticas como la calculadora.
El padre de un joven Blaise Pascal trabajaba como recaudador de impuestos. Semejante profesión requería efectuar numerosos cálculos matemáticos. Para facilitar el trabajo de su padre, Pascal construyó una “máquina aritmética” o calculadora.
La calculadora de Blaise Pascal
En 1642, Pascal logró desarrollar una calculadora para facilitar las labores de Comisario de Finanzas de Rouen. Gracias al invento de Pascal, se pasó del tradicional ábaco a una calculadora mecánica.
Pascal siguió trabajando en su creación, construyendo hasta 50 tipos distintos de calculadoras. Ya en 1649 su invento fue patentado y en 1652 realizó la primera presentación de su calculadora en la ciudad de París.
La calculadora de Pascal o “Pascaline” era un artefacto mecánico de rotores, engranajes y ruedas. Al ponerlos en movimiento, se activaba el mecanismo de cálculo y el resultado se mostraba en una serie de ventanillas ubicadas en lo alto de la calculadora. De este modo, gracias a este ingenio mecánico, era posible efectuar operaciones matemáticas tales como sumas y restas.
No cabe duda de que el trabajo de Pascal sentó las bases de las calculadoras modernas e incluso influyó en la informática moderna. De hecho, el científico suizo Niklas Wirth, al crear un lenguaje de programación, lo bautizó como Pascal.
Blaise Pascal y los juegos de azar
En 1654, Pascal presenció cómo el jugador Antoine Gombaud asistía a una partida de ajedrez que se saldó con un resultado inconcluso. Gombaud se vio obligado a retirarse de la partida, pero, existían numerosas dudas sobre cómo repartir el dinero.
Precisamente, esta partida inconclusa fue el germen de las leyes fundamentales de la probabilidad, que quedó reflejado en lo que se conoce como el Triángulo de Pascal.
Junto al matemático Pierre de Fermat formularon la Teoría de probabilidades. De hecho, esta teoría ha resultado de gran utilidad a la hora de estudiar fenómenos meteorológicos y de realizar análisis bursátiles.
Un hombre polifacético
Como físico, realizó una notable aportación a través del estudio de la presión hidrostática. Prueba de la importancia de su trabajo es que la unidad internacional de medida de la presión es el Pascal. Desde el punto de vista práctico, las investigaciones de Pascal permitieron desarrollar la jeringa y la prensa hidráulica.
Pascal no solo destacó como matemático y científico, pues también se volcó en el estudio de la religión y la filosofía. En este sentido, Pascal reflexionó en sus obras sobre la fe, la ética y la duda.
En 1654, pasó por una revelación religiosa tras sufrir un accidente del que salió ileso, dejó a un lado la ciencia para volcarse en la religión y la teología. En esta etapa de su vida, residiendo en Port Royal, meditó profundamente sobre el interior del alma a través de la religión.
Más allá de su sobresaliente labor como científico, filósofo y teólogo, Pascal también realizó un destacado papel como empresario. En 1662, Blaise Pascal, junto a un amigo, creó una empresa de carrozas que, a la postre, inspiraría el servicio de transporte público de París.