Se considera como ciudadano de un Estado a aquella persona que posee derechos civiles y políticos dentro del territorio y es considerado como tal.
Ciudadano, es aquel que forma parte de la comunidad política y organizada a la que pertenece. Según el Estado en el que se encuentre, dispondrá de mayor o menor cantidad de derechos y libertades. En los países democráticos, es máxima (o debería serlo) la cantidad de derechos políticos y libertades civiles de los que dispone el ciudadano.
Dado que los ciudadanos son titulares de derechos, y que los inmigrantes irregulares no poseen todos o parte de estos derechos, se pueden considerar como ciudadanos a todas las personas que habitan un Estado. Pero solamente a los nativos, a aquellos que tengan la nacionalidad, o bien no sean inmigrantes legales.
Origen del concepto ciudadano
El concepto de ciudadano comienza a aparecer y a estudiarse en la Antigua Grecia. Para Aristóteles, el ciudadano era aquella persona que contaba con una serie de requisitos y además estaba obligado a participar en la vida pública. No eran ciudadanos las mujeres, los extranjeros, los nalfabetos y los menores de edad. Por tanto, la ciudadanía quedaba restringida a varones atenienses mayores de veinte años.
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En Roma, también estaba muy restringida la condición de ciudadano. Por un lado, se encontraban los hombres libres, con la condición total de ciudadano. Por debajo, estaban los pertenecientes a los territorios conquistados por el Imperio, eran ciudadanos pero con derechos limitados, las mujeres pertenecían a otra clase diferente. Y, por último, los esclavos no eran ciudadanos, sino una propiedad, aunque podían ser liberados.
La Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano
En 1789, consecuencia de la Revolución francesa, se aprueba la Declaración de los Derechos del Hombre y del Ciudadano. Declaración que acaba con el Antiguo Régimen y sitúa al hombre y al pueblo llano a la par que las instituciones privilegiadas que operaban hasta el momento. Los artículos de la declaración consolidan principios como la libertad, la igualdad o la seguridad.