Desaceleración
La desaceleración económica es un término frecuentemente empleado en el ámbito de la economía. Más concretamente en Macroeconomía. Se trata de un periodo en el que se produce una ralentización en el crecimiento económico, teniendo en cuenta la anterior medición en un lugar determinado.
El primer indicador de la existencia de un proceso de deceleración es al advertir, en una medición de magnitudes económicas determinadas, una tasa de crecimiento menor. Siempre, respecto a una fecha anterior. Es decir, un trimestre respecto a su trimestre anterior en el mismo año, o año anterior.
Esta reducción o disminución no significa que se produzca o registre un dato negativo. Pues el dato obtenido sigue manteniéndose por encima del valor 0. A modo de ejemplo, observaríamos una desaceleración en un país A, que en 2014 creció con una tasa del 5%, y en 2015 presenta un valor de crecimiento del 4,5%.
Una de las formas más sencillas y orientativas a la hora de conocer el bienestar y el crecimiento de un país es estudiar su nivel de rentas. El PIB es tomado como referencia para medir y analizar sus tasas de crecimiento.
Diferencia entre desaceleración, recesión y crisis
A menudo, el término deceleración o desaceleración suele entenderse con connotación negativa. En muchas ocasiones, confundiéndose con otros términos aplicados al ámbito económico como recesión, crisis o depresión económica. La deceleración puede ser un primer paso, o un anticipo, de estos otros fenómenos. No obstante, no necesariamente tiene que serlo.
Una recesión técnica es una disminución del PIB, que se da durante dos trimestres de caídas. Mientras que la depresión es la máxima expresión de una situación de riesgo económico, al darse caídas del 10% en el PIB en un periodo de un año.