Emigrante
Un emigrante es una persona que sale de su país para irse a vivir a otro.
Por lo tanto, un emigrante es cualquier persona que abandona el país donde habita, para desplazarse a residir en otro.
La emigración y la inmigración son fenómenos correlativos, puesto que, si una persona emigra o sale de su país, del mismo modo llega a otro.
En consecuencia, tiene que inmigrar o entrar en otro país en el que va a residir.
Los emigrantes salen de sus países, dado que en su país no encuentran las condiciones políticas, económicas y sociales que se ajusten a sus necesidades. Por eso se ven obligados o forzados a salir buscando encontrar mejores oportunidades.
Tipos de emigrantes
Los migrantes pueden clasificarse en dos grandes categorías
1. Emigrantes legales
Sin duda un emigrante legal es aquel que sigue y cumple toda la normativa jurídico legal para salir de su país.
De manera que, estos emigrantes no llegan a tener ningún tipo de problema, ya que adquieren los permisos o la nacionalidad que les corresponde para poder permanecer en otro país de residencia, sin ningún inconveniente.
Así que pueden estudiar o trabajar sin ningún tipo de obstáculo que les impida desempeñarse sin enfrentar ninguna dificultad.
2. Emigrantes ilegales
Por el contrario, los emigrantes ilegales salen sus países sin presentar ningún tipo de documentación requerida, es decir que no pasan por los puestos de registro de las fronteras.
Por consiguiente, se puede decir que salen de forma incógnita, sin dejar ningún tipo de registro.
Los emigrantes que corren mayores riesgos son los ilegales, porque al llegar al país de destino, en consecuencia, no cuentan con los permisos necesarios para residir, trabajar o estudiar.
Efectos de emigración
La emigración puede provocar efectos positivos y negativos para su país de origen
Efectos positivos de la emigración
1. Reducción de conflictos sociales, económicos y políticos
Sin lugar a duda estos conflictos se reducen, porque gran parte de la población económicamente activa decide emigrar, sobre todo lo que se genera un menor nivel de competencia interna; de modo que, las personas que se quedan dentro del país pueden llegar a tener mejores oportunidades.
2. Disminuye el nivel de desempleo
Dado que, al salir buena parte de las personas productivas, disminuye la oferta laboral, lo que ocasiona que al medir la tasa de desempleo; esta disminuya.
La mano de obra interna, pues, puede optar a una mejor remuneración laboral, puesto que, si la mano de obra se vuelve relativamente más escasa, el nivel de salario aumenta.
3. Ingreso de remesas
El ingreso de remesas estimula el crecimiento del país receptor, en este caso el país de origen del emigrante.
En muchas ocasiones el nivel de remesas en los países subdesarrollados es bastante alto, lo que hace que se mejore la capacidad adquisitiva de las personas que las reciben.
Así mismo estimulan algunas áreas económicas como el área de construcción, debido a que estás personas con más dinero construyen un tipo de vivienda más digno. En general las remesas contribuyen al desarrollo del país receptor.
Efectos negativos de la emigración
1. Fuga de cerebros
Asimismo, la fuga de cerebros se presenta cuando personas profesionales o talentosas de un país emigran a otro, luego que no encuentran las condiciones adecuadas en su país para desarrollarse.
De modo que si abandonan su país es porque están buscando mejores oportunidades laborales o de desarrollo en otro lugar donde le ofrecen mejores condiciones.
No obstante, la fuga de cerebros por lo regular se produce desde los países subdesarrollados hacia países desarrollados, donde se presentan mejores condiciones para estas personas altamente calificadas.
2. Disminuye el consumo interno
Debido a que al disminuir el número de personas que habitan en un país, esto podría provocar que se reduzca el consumo interno.
3. Pérdida de población económicamente activa
La mayoría de las personas que migran son las personas que están en la edad de trabajar, al tratar de encontrar una mejor oportunidad laboral en el país de destino.
4. Ruptura familiar
Finalmente, se produce una desintegración de las familias, lo que conlleva a problemas emocionales y personales, por los daños ocasionados por la separación física de los miembros de la familia.