Factoraje
El factoraje, también conocido por su nombre en inglés «factoring», es una herramienta de la que se valen las empresas para obtener financiación a través de una compañía bancaria. En esta operación, la empresa vende sus derechos de cobro –sus facturas pendientes de cobrar– a una entidad financiera para disponer del capital de forma inmediata.
El factoraje, también conocido como factoraje financiero, es una herramienta con la que cuentan las empresa para lograr o captar financiación. A través de esta herramienta, una empresa vende sus facturas pendientes de cobrar a una entidad financiera, un banco, que paga por ellas. De esta forma, el banco adelanta el dinero a la empresa, que logra el capital de forma inmediata, mientras este se encarga de gestionar posteriormente el cobro de los derecho de cobro adquiridos.
El factoraje financiero, en otras palabras, es como un anticipo que nos hace el banco por unos derechos de cobro futuros que pasan a ser propiedad de la entidad bancaria. Pues, de tener la empresa que cobrar esas facturas, así como gestionar el cobro, no solo se alargarían los plazos, sino que también existe el riesgo de que se den situaciones de insolvencia, así como situaciones en las que el tiempo de espera se alargue más de lo normal.
Con el factoring, la empresa se despreocupa de esta tarea, pudiendo contar con el capital desde un primer momento. De la misma forma que el banco, al aceptar el riesgo que supone pagar por estas facturas pendientes de cobro, también ofrece un importe menor que el valor total que suman las facturas que se ceden.
Características del factoraje financiero
Entre las características que presenta este instrumento de financiación conviene destacar las siguientes:
- Es una herramienta de financiación.
- Es decir, permite a la empresa obtener liquidez.
- Debe existir una contraparte, que suele ser una entidad financiera.
- La empresa entrega las facturas pendientes de cobro al banco, obteniendo un capital.
- El banco compra esas facturas a un precio determinado, debiendo desembolsar el capital.
- La empresa consigue la liquidez que necesitaba.
- El banco se encarga de gestionar, posteriormente, el cobro de esas facturas.
¿Quienes intervienen en una operación de factoring?
Para realizar una operación de factoraje, deben intervenir los siguientes actores:
- Cedente: Es la compañía que vende sus facturas a la entidad financiera para obtener por ellas un determinado capital.
- Factor: Es la entidad financiera que pacta un precio con la empresa por las facturas, y entrega el capital que, posteriormente, recuperará con los derechos de cobro adquiridos.
- Deudor: En este sentido, los clientes que adquirieron un bien o un servicio, pactando un periodo de pago con la empresa vendedora, y que debe abonar a la entidad financiera el capital que esta adelantó a la empresa vendedora, y que este debía pagarle por la adquisición del bien o del servicio.
Tipos de factoraje
Dependiendo de la operación, podemos decir que existen 3 tipos de factoraje:
- A proveedores: Debiendo anticipar el capital a empresas que deben, de la misma forma y valga la redundancia, anticipar el capital a sus proveedores para obtener la materia prima.
- A clientes: Es el método tradicional y más conocido. El explicado en el artículo, donde una empresa financia sus operaciones con la venta de sus facturas pendientes de cobro.
- A operadores internacionales: Siendo esta modalidad de factoraje la que se dedica a operaciones ligadas a importaciones y exportaciones.
De la misma forma, dependiendo de la calidad crediticia del deudor, el factoraje que nos ofrezca la entidad puede ser de los siguientes tipos:
- Con recurso: En una operación de factoring con recurso, si el cedente, valga la redundancia, cede el derecho de cobro de un deudor que no puede afrontar dicha deuda, el factor puede reclamar la deuda directamente a la empresa cedente, no pudiendo reclamársela, por insolvencia, al deudor.
- Sin recurso: En una operación de factoring sin recurso, el factor solo puede reclamar la deuda al deudor y no al cedente de la operación. De esta forma, el cedente de la operación queda exento de responsabilidades en caso de que el deudor realice un impago de la deuda.
¿Cómo puedo hacer un factoring?
El factoring es aplicable a muchas empresas, de todos los tamaños e independientemente de su actividad.
Por esta razón, cualquier empresa que genere derechos de cobro puede ofrecer a un banco o entidad bancaria interesada, sus cuentas a cambio de obtener un acuerdo de factoraje.
Posteriormente, aun no requiriendo aval, las condiciones, en base a la calidad crediticia de los deudores, entre otros factores, se decidirá si dicho factoring es ejecutado con o sin recurso.
Ventajas y desventajas del factoraje financiero
Así pues, realizar una operación de factoring presenta una serie de ventajas, así como de inconvenientes que deben resaltarse.
Entre las ventajas, destacan las siguientes:
- Permite a la empresa obtener liquidez de manera inmediata.
- No afecta a su calidad crediticia, ni a la deuda de la empresa.
- Ahorra tiempos y esfuerzos que debían destinarse al cobro de esas facturas.
- Garantiza el cobro de las deudas, en cierta forma.
- Permite seguir con la actividad a la empresa, que puede financiar las operaciones.
Entre los inconvenientes para la empresa, destacan estos otros:
- Se obtiene un menor rendimiento por las ventas, ya que la entidad ofrece un precio menor por asumir el riesgo.
- Esto se debe a que este tipo de operaciones presentan un alto costo para la empresa, que en ocasiones es incompatible con los márgenes de beneficio.
- En el caso de que la operación sea con recursos, existe el riesgo de que esto afecte a tu solvencia, pues debes responder por el deudor en caso de impago.
Ejemplo de factoraje financiero
Para terminar de entender bien el concepto, veamos algún ejemplo de una operación de factoraje financiero.
Imaginemos que tenemos una empresa que vende queso artesanal, y vendemos a un cliente un pedido por valor de 5.000 dólares. Este cliente, aun habiendo comprado el queso, pagará su factura a 90 días, habiendo acordado con nosotros este periodo de pago.
Sin embargo, pese a que nos pagará a 90 días, necesitamos ese dinero para seguir desarrollando nuestra actividad. Por ello, decidimos ir a un banco y estudiar la contratación de una operación de factoring.
Cuando llegamos al banco, este nos aprueba la aprobación, con un interés del 3% sobre el capital.
Así pues, el banco nos ingresa en nuestra cuenta el capital, menos el interés previamente pactado. Nosotros obtenemos la liquidez para continuar con nuestra actividad, a la vez que el banco cierra una operación que le reporta un beneficio.