Franqueo
El franqueo es la tasa correspondiente que debemos abonar por realizar un determinado envío postal. Este franqueo, habitualmente, suele expresarse en una carta a través del sello, que muestra el precio pagado y que el pago del envío se ha hecho correctamente.
Cuando hablamos del verbo franquear, se refiere a la acción que consiste en eliminar un obstáculo para que algo o alguien pueda pasar a algún lugar, territorio, etc. Con franqueo, por tanto, hacemos alusión a una tasa que debemos abonar cuando realizamos un envío postal, la cual debe cancelarse para que el envío llegue correctamente a su destino.
Así pues, el sistema tradicional de franqueo suele realizarse mediante la colocación de sellos. En cierta forma, son una señal y un comprobante de pago, el cual nos muestra que el que realiza el envío ha pagado las tasas que le correspondía pagar.
Cabe resaltar que este franqueo, como veremos más adelante, puede ser de dos tipos: franqueo pagado o franqueo en destino, dependiendo esto de quién abona la tasa. Asimismo, es conveniente resaltar que el coste de dicha tasa varía en función de la zona a la que se realiza el envío, así como el peso de la carta o el paquete.
En resumen, hablamos de un concepto muy ligado a los distintos servicios de correos que poseen los diferentes países que alberga nuestro planeta.
Tipos de franqueo: Franqueo pagado o Franqueo a pagar
Así pues, el franqueo postal puede presentar distintas modalidades, pero cabe resaltar, entre estas, las siguientes dos:
- Franqueo pagado: Se habla de franqueo pagado cuando el remitente es la persona encargada de abonar las tasas correspondientes a dicho envío. En otras palabras, cuando el remitente abona las tasas y se hace cargo de costes adicionales que puedan surgir en el proceso de envío.
- Franqueo a pagar o franqueo en destino: Cuando hablamos de franqueo a pagar, que también conocemos como franqueo en destino, nos referimos a la situación opuesta a la explicada anteriormente. En este sentido, hace referencia al envío en el que el franqueo postal es abonado por el receptor del paquete, es decir, el destinatario.
Características del franqueo postal
Como decíamos al inicio, el franqueo postal presenta una serie de características que cabe resaltar. Entre ellas destacan las siguientes:
- Es un pago por un servicio.
- En este caso concreto, es uno de los pagos que deben hacerse por realizar un envío postal.
- El pago se representa mediante un comprobante de pago, que en este caso es un sello.
- El franqueo, como hemos resaltado a lo largo del artículo, es un concepto muy ligado a los servicios de mensajería y paquetería.
- El franqueo puede ser de dos tipos: franqueo pagado o en destino, dependiendo de quién se haga responsable del pago.
- Aun siendo similar, no es lo mismo que timbre fiscal.
- El franqueo debe abonarse para que la carta llegue al destinatario, a no ser que sea el destinatario el que, en destino, abone la tarifa correspondiente a dicho franqueo.
- Es un pago variable, dependiendo del peso y la zona del destino.
Diferencia entre franqueo y timbre fiscal
Aunque no nos suene alguno de los conceptos de los que en este apartado se habla, no quiere decir que estos no se parezcan notablemente. De hecho, el franqueo y el timbre fiscal, probablemente, deben su origen al mismo creador. Por esta razón, es conveniente subrayar, además de sus semejanzas, sus diferencias.
El timbre fiscal es muy similar a los sellos de franqueo, pues ambos muestran que el que adquirió los bienes que acompañan a este timbre pagó los impuestos correspondientes por esta adquisición.
Sin embargo, mientras que el franqueo es un concepto más ligado al servicio postal y los servicios de envío de mensajería y paquetería, el timbre fiscal acompaña a bienes y servicios que, de la misma forma, requieren un pago, pero no todos se encuentran dentro de una misma familia de productos.
Para que nos hagamos una idea, podemos ver el franqueo en una carta o un paquete, pero el timbre fiscal, en el tabaco, el alcohol, documentos, así como otros bienes y servicios de distinta índole.
Ejemplo de franqueo
Para terminar, exponemos una imagen de sellos españoles, los cuales acompañaban a numerosas cartas años atrás, y por los que había que abonar el correspondiente franqueo que correspondía pagar al remitente o destinatario del mensaje o el paquete.