Hipotecado
Un hipotecado es aquella persona física o jurídica destinatario de un préstamo hipotecario y obligado al pago de las cuotas establecidas en él.
De esta forma, podemos decir que cualquier persona que tenga una hipoteca es un hipotecado. Hablamos tanto de particulares o personas físicas, como de empresas o personas jurídicas. Eso sí, hay dos términos relacionados que se deben tener en cuenta y que veremos en el siguiente apartado.
Hipotecado, hipotecante no deudor y avalista
Estos tres conceptos pueden confundirse a veces y por eso, conviene aclararlos. Ya que las obligaciones y derechos dependen de la situación en que nos encontremos:
- En primer lugar, el hipotecado, como ya hemos comentado, es el destinatario del préstamo para la compra del inmueble. Sus derechos son sobre la vivienda como titular, siempre que esté al corriente de pago. Sus obligaciones son esos pagos periódicos a que se ha comprometido.
- El hipotecante no deudor ofrece, como garantía a otra persona, una parte de su propia vivienda. De esta forma, si el titular no paga, este responde por ese compromiso. Sin embargo, tiene reconocido un derecho importante, solo esta obligado a cubrir las deudas por la parte comprometida de su propia vivienda, quedando el resto de su patrimonio intacto.
- El avalista es aquel que se compromete a responder ante la deuda del titular del préstamo si este no paga, normalmente por medio de un aval. En este caso responde con todo su patrimonio y por eso, suele ser siempre un familiar o amigo muy cercano. Además, estas deudas son hereditarias, por tanto, debemos tener cuidado con esto.
Expresiones de uso común
Debido a la connotación de las hipotecas como algo negativo, este término ha acabado tomando un significado algo diferente en muchos casos. Casi siempre, son expresiones referidas a malas decisiones o a malas situaciones económicas. De hecho, no tienen ninguna relación con un préstamo hipotecario.
Por ejemplo, refiriéndose a un error que puede comprometernos el día de mañana utilizando expresiones como «ha hipotecado su futuro». Otra expresión, referida a una situación económica delicada, sería «esta persona está hipotecada con tantas deudas». Como vemos, en ambas existe una connotación negativa relacionada con una hipoteca.