Ineficiencia
La ineficiencia es la incapacidad de poder cumplir una tarea de una manera óptima. Es decir, utilizando la menor cantidad de recursos posibles.
En otras palabras, la ineficiencia es la imposibilidad de realizar una actividad o alcanzar una meta al menor coste y en el menor tiempo posible.
Cabe remarcar que la eficiencia sirve para comparar dos personas o empresas que compiten entre sí, o dos bienes que pueden ser sustitutos entre sí.
Y si nos referimos a los recursos humanos, podemos afirmar que si una empresa debe recortar personal comenzará por prescindir de aquellos empleados que son ineficientes.
Sin embargo, es importante también tomar en cuenta que los trabajadores pueden dejar de ser ineficientes si siguen una adecuada instrucción o preparación. De ese modo, pueden mejorar sus habilidades. Es decir, la ineficiencia no es algo absoluto e invariable.
Otro situación en la que puede identificarse ineficiencia es cuando se asigna un presupuesto a una persona o entidad y no se obtienen los resultados esperados. Por ejemplo, el gobierno central de un país puede destinar 150.000 euros para un programa de nutrición dirigido a la infancia, pero el ministerio de salud no lo ejecuta de manera adecuada y los niveles de anemia no se reducen. Por lo tanto, la gestión del proyecto fue ineficiente.
Ejemplo de ineficiencia
Expliquemos la ineficiencia con un ejemplo. Supongamos que la empresa Alvez es capaz de producir 100 unidades del producto XY en una jornada de 8 horas.
Sin embargo, los otros competidores del mercado son capaces de fabricar, al mismo coste y en el mismo tiempo, 150 unidades de la misma mercancía.
Lo anterior quiere decir que la compañía Alvez es ineficiente, al menos, en lo que respecta a producir el bien XY. Puede ser, por ejemplo, que necesite en nueva maquinaria para mejorar su proceso industrial.
Ineficiencia versus ineficacia
Es importante distinguir la ineficacia de la ineficiencia. La primera implica que no se ha podido cumplir un objetivo. En cambio, en la segunda sí se ha alcanzado la meta, pero no se han utilizado los recursos disponibles de la mejor manera.
Por ejemplo, imaginemos que Alberto no estudió para su examen de matemáticas. Entonces, en casi todas las preguntas siguió un procedimiento equivocado, llegando a resultados erróneos.
Por otro lado, Nicolás sí estudió para el mismo examen. Pero no calculó bien su tiempo y no pudo resolver todas las preguntas.
Lo anterior quiere decir que Alberto fue ineficaz para responder correctamente todas las preguntas del examen de matemáticas. En tanto, Nicolás fue ineficiente porque no supo optimizar el tiempo.