Neto
El importe neto es la cantidad obtenida por la prestación de un servicio o la transferencia de un bien, tras haber descontado todos los impuestos aplicables a dicha práctica económica.
El neto, en otras palabras, es el importe que recibe la persona, una vez ha pagado todos los impuestos que le correspondía pagar. De esta forma, se le denomina importe neto, por el hecho de que el término neto hace referencia a una situación en la que algo es claro o limpio.
El neto es la cantidad que resta del bruto, una vez se descuentan los impuestos.
Es un concepto muy utilizado en disciplinas como las finanzas y la contabilidad.
Diferencia entre bruto y neto
Como decíamos, es muy frecuente oír hablar de los términos bruto y neto, tanto cuando hablamos de salarios, como cuando analizamos la cuenta de resultados de una empresa o cuando nos dicen un dato macroeconómico.
Para hacernos una idea de la diferencia entre ambos conceptos, debemos saber que dicha diferencia se encuentra en que un importe neto es la cantidad resultante que queda, tras haber realizado algún cambio a la cantidad bruta, en la mayoría de los casos tras haber realizado algún tipo de descuento (generalmente son impuestos).
¿Cómo se calcula el importe neto?
Para el cálculo del importe neto, debemos saber que se debe restar, al importe bruto, el descuento aplicable. De esta forma, el resultado obtenido es el neto.
La fórmula quedaría de la siguiente forma:
El resultado obtenido, como decíamos, sería el resultado neto.
Ejemplo de importe neto
Para hacernos una mejor idea de cómo se aplicaría dicha fórmula en un caso práctico, imaginemos que prestamos un servicio por el que cobramos un importe bruto de 1.210€.
Este importe, oculta una serie de cuantías que hacen referencia al pago de impuestos, por lo que no nos corresponde su cobro. De esta forma, la ganancia obtenida debe medirse a través del importe neto.
Para ello, aplicamos la fórmula anteriormente expuesta.
Supongamos, para ello, que se ha aplicado un impuesto del 21% de IVA, por lo que su cálculo queda de la siguiente forma:
El hecho de que tengamos que restar 210 euros se debe a que son los impuestos que corresponden a esta operación. Ahora bien, ¿cómo se calcula ese 210 partiendo de la cifra bruta?
Imaginemos que tenemos una factura, la cual indica que el importe reflejado incluye IVA. Teniendo en cuenta que el importe es bruto, por lo que incluye IVA, tenemos que averiguar sobre qué cifra se calculó dicho IVA. Dicha cifra, lógicamente, será inferior al importe bruto.
Por tanto, si el precio sin impuestos son 1.000 euros y tenemos que incluir un 21% de impuesto de IVA, lo que tendremos que hacer es calcular el 21% de 1.000 y sumarlo al precio inicial. Sabiendo esto, para sacar, a partir del importe bruto, la cantidad de impuestos aplicada, debemos hacer la operación a la inversa. Es decir, dividiendo el importe bruto entre 1 + IVA.
Una vez calculado, el resultado que obtenemos es 1.000 euros.
Este resultado sería el salario neto que percibiríamos por dicho servicio.