Precios corrientes
Los precios corrientes, en economía, hacen referencia a los precios actuales. Es un concepto muy frecuentemente empleado en el ámbito de la economía para diferenciarlo de los precios constantes, que son los precios de un año base anterior.
Por medio de los precios corrientes, es posible realizar diferentes tipos de comparaciones o análisis de variaciones de diferentes mediciones nominales como, por ejemplo, el PIB entre distintos periodos de tiempo. En este caso, se calcula la diferencia entre bienes producidos en cada año a los precios respectivos de cada año, siendo estos influenciados por la fluctuación de precios a lo largo del tiempo o inflación. En cambio, los precios constantes calculan las mediciones sin tener en cuenta la variación de precios, estimando la variación real.
Este aspecto es el que diferencia a los precios constantes de los precios corrientes. Pues, estos sí que tienen en cuenta el papel y la influencia de la inflación en sus mediciones. En este sentido, por el hecho de que ya que establecen para cada periodo de tiempo la evolución de los precios.
Ejemplo de precios corrientes
Hablamos de precios corrientes si imaginamos que el precio de una bicicleta en el año 2012 son 200 euros. Sin embargo, si lo vemos en precios corrientes de 2016 veríamos que la misma bicicleta cuesta 325 euros.
Para analizar y comparar sus podemos tomar como referencia el precio respectivo de cada año, porque en precios corrientes se tiene en cuenta la inflación. Ahora, supongamos que en 2012 se fabricaron 1000 bicicletas y en 2016 se fabricaron también 1000 unidades.
Si viéramos los precios totales en precios corrientes de cada año observaríamos un incremento nominal en la fabricación de bicicletas del 62% entre 2016 y 2012, ya que la producción de bicicletas en 2016 fueron 325.000 euros, mientras que en 2012 fueron 200.000 euros.
Pero, como hemos dicho, utilizando precios corrientes se tiene en cuenta la inflación. Entonces, aunque se hayan producido la misma cantidad de bicicletas, el efecto de la inflación hace que parezca que ha habido un aumento.
Sin embargo, en el ejemplo anterior, la producción de bicicletas no aumentó. Por ello, para evitar la influencia de los precios al calcular muchos datos económicos, en vez de utilizar los precios corrientes se utilizan los precios de algún año anterior, es decir, precios constantes.
Midiendo a precios constantes observamos lo que costaría un bien a día de hoy utilizando precios del año de referencia y dejando a un lado la variación que han experimentado los precios entre ambos periodos. En el caso anterior la variación real sería del 0%, ya que utilizando los precios de 2012 (200 euros cada bicicleta) en el año 2016 se produjeron 200.000 euros en bicicletas, exactamente los mismos que en el año 2012, porque la producción no aumentó.
En este caso es muy fácil de verlo, pero al medir la fabricación de millones de productos de una economía el cálculo se complica y por ello es muy importante distinguir entre precios contantes y corrientes, es decir, entre mediciones reales y nominales.