Registrador de la propiedad
Un registrador de la propiedad es un profesional cuya función principal es la inscripción, anotación y publicación de hechos relacionados con bienes inmuebles y sus derechos relacionados.
La institución en la cual un registrador de la propiedad desarrolla su tarea es el Registro de la Propiedad. Esta organización tiene naturaleza pública y se encarga de la creación de titularidades públicas de bienes inmuebles teniendo como base un poder público.
Del mismo modo esta institución es la encargada de publicitar e informar con carácter público de las distintas situaciones de los inmuebles.
El registrador es por tanto el nexo de unión entre el ente público y la demanda privada de inscripciones y publicitaciones de inmuebles.
Es decir, realiza en la práctica las misiones principales del Registro: inscripciones de constituciones, toda modificación sobre los derechos reales de un inmueble determinado y otras documentaciones relacionadas con arrendamientos.
Debido a la existencia de gran cantidad de hechos susceptibles de registro en el día a día de cualquier territorio, los registros han ido respondiendo a esta demanda con la preparación y formación de más registradores profesionales.
El acceso a estas posiciones suele realizarse a través de oposiciones públicas.
Funciones principales del registrador de la propiedad
Un registrador de la propiedad cuenta con una serie de tareas a destacar y que conforman el grueso de su labor como funcionario público:
- Inscripción o anotación de cualquier hecho o acto relacionado con la vida de un bien inmueble en su correspondiente circunscripción.
- Otorgar validez legal y pública a múltiples tipos de documentos que afecten al bien. Un ejemplo sería un contrato de cesión o compraventa de una finca.
- Dar por finalizadas relaciones contractuales en casos de expropiaciones de bienes, por embargos, por ejemplo.
- No solamente refleja públicamente hechos relevantes que afecten a casas, solares, terrenos o edificios de todo tipo, sino también a las obligaciones hipotecarias que estos bienes puedan tener. Es decir, también media en casos de subrogación o novaciones bancarias.
Por otro lado es conveniente añadir que la organización del registro es marcadamente territorial.
En otras palabras, un registrador suele ocuparse de hechos relevantes relacionados con inmuebles situados o inscritos en su misma zona geográfica o delimitación territorial. A las mismas se les denomina circunscripciones o distritos hipotecarios.
Alternativamente, el modo de organización de los registradores se establece mediante una forma colegial, al igual que sucede con otros gremios profesionales como abogacía o medicina. En el caso de España, existiría como institución el Colegio de Registradores de la Propiedad, Mercantiles y de Bienes Muebles.