Regla de gasto
La regla de gasto, también llamada techo de gasto, es una forma de controlar el equilibrio presupuestario del Estado, de manera que el gasto público se mantenga en los márgenes de los ingresos habituales esperados en la legislatura.
Es decir, que el objetivo es que el incremento de gasto tenga su referencia en el crecimiento a medio plazo del producto interior bruto (PIB).
De esta forma, se evita que un aumento coyuntural de la producción, por ejemplo, por una fase expansiva del ciclo, provoque un aumento de gasto que no pueda asumirse en el futuro cuando finalice esa fase.
Desarrollo normativo de la regla de gasto
La norma que regula este techo de gasto es la Ley Orgánica 2 /2012 de Estabilidad Presupuestaria y Sostenibilidad Financiera. Cada año, en el primer semestre, el Consejo de Ministros fija los objetivos de gasto para tres años y lo hace teniendo en cuenta el informe del Consejo de Política Fiscal y Financiera de las Comunidades Autónomas y de la Comisión Nacional de Administración Local.
Dentro de los objetivos se fija el límite de gasto no financiero, es decir, el que excluye intereses de la deuda y el de la propia deuda pública. Esta última debe tener en cuenta lo preceptuado en la normativa europea sobre estabilidad presupuestaria.
El Sistema Europeo de Cuentas. Gastos computables
Los gastos computables se establecen en los capítulos 1 a 7 de la normativa del Sistema Europeo de Cuentas (SEC). En ella se incluye también las posibles excepciones y los gastos que pudieran añadirse si es preciso. Hay que tener en cuenta que el Organismo de la Seguridad Social no está sujeto a esta regla de gasto.
El SEC fue aprobado por el Reglamento (CE) 549/2013, relativo al Sistema Europeo de Cuentas Nacionales y permitió homogeneizar la contabilidad nacional de los estados miembros a efectos de poder compararla. Des esta forma se busca la fijación de criterios convergentes en la Unión Monetaria o la gestión de las ayudas financieras y fondos estructurales de la Unión Europea.
La razón de ser. Evitar las crisis
En definitiva, lo que se busca con la regla de gasto es evitar desequilibrios presupuestarios similares a los acontecidos en los años previos a la crisis de 2008. Sobre todo a nivel de entidades locales, en varios casos estas elevaron a gasto corriente aquellos que financiaban con ingresos excepcionales debidos a la actividad de la construcción. Cuando estalló la burbuja, muchos ayuntamientos se encontraron con una situación de déficit difícil de solucionar, al no existir ya esos ingresos.