Terapias de tercera generación
Las terapias de tercera generación suponen una nueva visión sobre cómo afrontar los problemas de la mente y el comportamiento humano. Están centradas en mejorar el bienestar subjetivo del paciente, trabajar más sobre el contexto en el que se encuentra y no centrándose tan solo en sus conductas y sintomatología.
Las terapias de tercera generación han llegado para quedarse. Su objetivo no solo es centrarse en el comportamiento o el síntoma, sino que van un paso más allá a la hora de valorar el contexto global en el que se encuentra la persona.
Los diferentes tipos de psicología que existen pueden abordar los problemas desde distintas técnicas y puntos de vista.
Las terapias de tercera generación son cada vez más utilizadas. En ellas se trabaja con el paciente el problema existente, se modifica la conducta y además se valora el contexto de su vida.
Origen de las terapias de tercera generación
Para llegar a las terapias de tercera generación hay que hacer mención a las anteriores terapias que en cierta manera son más limitadas.
El estudio comparativo de las tres terapias muestra una clara evolución orientada a la consecución de un tratamiento más completo para el ser humano.
Las terapias de primera generación se basaban en el conductismo. Se centraban en el hecho de que todo estaba relacionado y en función del aprendizaje que se realizaba del entorno. Pero no se contemplaban otros términos como los pensamientos o emociones de las personas.
Las terapias de segunda generación destacan por poner de manifiesto la terapia cognitivo-conductual, que sigue siendo muy utilizada. Está centrada especialmente en el valor que se dan a los pensamientos. Si se cambian estos, se cambia todo.
Por último, las terapias de tercera generación añaden mucho más elementos. Se ponen en práctica terapias y técnicas de carácter más humanista y existencial. Ya no solo imperan los pensamientos, también influye el contexto, los valores de la persona o su ética.
El contexto del ser humano en este tipo de terapias es crucial. No se valoran solo los pensamientos o problemas, sino que se analiza todo lo que influye en su vida.
Características principales de las terapias de tercera generación
Estas son las características fundamentales de este tipo de terapias:
- Aceptación: Este término es muy utilizado en algunas de las terapias incluidas en esta ola, como puede ser el mindfulness. Se trata de aprender a relacionarnos y gestionar nuestro malestar de la mejor forma posible. Se trabaja en la línea de aceptar aquello que no se puede cambiar y de cambiar aquello que es susceptible de cambio.
- Lenguaje: El uso del lenguaje siempre ha sido muy importante en el ámbito de la psicología, pero en este tipo de terapias se hace especial hincapié en reproducir las citas de los pacientes para que ellos puedan valorar lo que han dicho y analizar ese diálogo interno que mantienen con ellos mismos.
- No se centran en la lucha contra los problemas: Valoran todos los aspectos y no se centran en luchar contra la ansiedad, sino en intentar comprenderla y hacer un análisis global de los motivos que han llevado a que una persona tenga ansiedad. Todo ello con el objetivo de valorar cada aspecto y empezar a trabajar hacia un cambio mucho más positivo.
- Contexto: Este es uno de los aspectos más importantes cuando se ponen en práctica este tipo de terapias. El contexto vital y laboral serán analizados por el profesional para valorar al paciente, así como sus pensamientos y emociones, pero no tanto la intensidad o frecuencia de los problemas psicológicos.
Estas son las bases principales de estas terapias que cada vez se utilizan mucho más para valorar y tratar los problemas mentales del ser humano.
Estas son algunas terapias incluidas en esta tercera generación: mindfulness, psicoterapia analítica funcional, EMDR, terapia de la aceptación y el compromiso, terapia dialéctico-conductual…