Weltpolitik
La weltpolitik fue la política alemana empleada en tiempos del káiser Guillermo II. Esta doctrina implicaba un fuerte militarismo y la expansión colonial del Imperio Alemán.
En 1890, con Otto von Bismarck fuera de la cancillería del Imperio Alemán, la política alemana dio un importante viraje. Alemania, que ya era una gran potencia industrial, buscaba convertirse también en una potencia militar y colonial.
Todo ello condujo a una actitud más agresiva de Alemania, que no solo mantenía una tensa pugna con Francia, sino que se mostraba dispuesta a luchar por la hegemonía mundial con Gran Bretaña.
El deseo de ser una potencia dominante
La diplomacia bismarckiana parecía haber aportado garantías de paz en Europa. Mientras tanto, el Imperio Alemán, había experimentado un fuerte crecimiento industrial, económico y demográfico, convirtiéndose en una de las grandes potencias europeas.
Sin embargo, por aquel entonces, la fortaleza de las naciones parecía medirse no solo por su poderío industrial, sino también por su expansión colonial y su influencia mundial. En definitiva, Alemania buscaba acrecentar su importancia en el panorama mundial mediante la adquisición de nuevos territorios y zonas de influencia.
Amplios sectores de la población alemana respaldaron las ideas de la weltpolitik. La ciencia alemana, el poderío de su industria, su peso demográfico y una cultura floreciente implicaban un mayor peso en la escena mundial.
Fue así como las ideas nacionalistas ganaron una amplia difusión en los centros educativos y en la prensa. Pero, más allá de la propaganda y de la difusión de las ideas, semejante política requería la creación de un poderoso ejército.
El militarismo alemán
En la sociedad alemana se exaltaban las gestas militares del pasado y se elogiaban las virtudes militares. En semejante contexto, los militares gozaban de prestigio social y los generales ejercían una más que notable influencia.
De este modo, se extendió la idea de que solo mediante la guerra, Alemania podría alzarse con la hegemonía mundial. Los alemanes llegaron a pensar que un gran conflicto europeo era una cuestión inevitable.
Si en tiempos de Bismarck la planificación militar alemana había sido de carácter defensivo, en tiempos de la weltpolitik se trazaron planes ofensivos que implicaban rápidas maniobras de ataque.
Una Alemania militarmente fuerte debía estar dotada de una poderosa marina de guerra. La flota de guerra alemana debía ser el garante de la seguridad de las colonias y del comercio. Asimismo, Alemania puso en marcha planes para la creación de una potente armada. Si Alemania buscaba prevalecer sobre una potencia como Gran Bretaña, debía combatirla exitosamente en el mar.
Sistemas de alianzas en la Weltpolitik
El complejo rompecabezas de alianzas sufrió importantes cambios en tiempos de la weltpolitik. Ya en 1890, Alemania marcó distancias con Rusia al negarse a renovar el denominado Tratado de Reaseguro.
La creciente agresividad de Alemania generó inseguridad entre las potencias europeas. La tensión entre Alemania y Gran Bretaña fue al alza, pues los británicos mostraban preocupación por la gran flota de guerra que estaba construyendo Alemania. Todo ello se plasmó en la Triple Entente, formada por Francia, Rusia y Gran Bretaña y que tenía por finalidad contrarrestar el poderío militar alemán.
Por su parte, Alemania forjó alianzas con el Imperio Austrohúngaro y con Italia en lo que se conoció como la Tríplice. Con semejantes sistemas de alianzas, el estallido de un conflicto entre dos potencias podía provocar una gran conflagración europea e incluso mundial.
De hecho, el estallido de las hostilidades entre Serbia y el Imperio Austrohúngaro en 1914 contó con el respaldo de Alemania. Por su parte, Rusia salió en defensa de sus aliados serbios y se produjo una reacción en cadena de las demás grandes potencias que desembocó en la Primera Guerra Mundial.