Theresa May no logra el apoyo para efectuar el Brexit. Mientras tanto, Bruselas ofrece a May una prorroga, supeditada a la aprobación de un acuerdo en el Parlamento británico.
Lo que ocurre en Reino Unido es un completo caos. Mientras el pueblo británico abarrotaba las calles de Londres en busca de un nuevo referéndum en el que convalidar la permanencia o la salida del Reino Unido de la Unión Europea, May se enfrentaba, al igual que lo ha hecho esta semana, a las votaciones que, en la cámara de los comunes, decidirían la forma en la que se daría el acuerdo de salida.
Tras varios intentos frustrados en los que May no ha logrado sacar adelante sus propuestas para sacar a Reino Unido, de una forma estructurada, de la Unión Europea, la Premier británica se enfrenta a una destitución que, aunque parezca no llegar, le eche del liderazgo en el proceso de salida. Para ello, May ofreció su dimisión, siempre y cuando aquel que cogiese las riendas, finalizase todo el proceso de salida y concluyese el trabajo que la líder británico inició.
El pueblo británico, como hemos dicho, ante la desconfianza en May y en una salida negociada y estructurada, apoya la celebración de un nuevo referéndum que garantice los intereses de los ciudadanos en materia comunitaria. El pueblo no apoya un Brexit a cualquier precio y así se está viendo en Reino Unido. May no logra el apoyo para alcanzar su deseoso Brexit, al menos mientras este se de de la forma que ella espera.
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Una expansión moderada
Por otro lado, aunque la economía británica, a priori, ya tenía descontados los efectos de un Brexit caótico, parece que, según el análisis de la empresa de rating, Standard & Poors (S&P), Reino Unido, desde el referéndum, se ha dejado un crecimiento cercano al 3% en su producto interior bruto (PIB), a lo que hay sumarle la devaluación de la Libra, lastrando la competitividad de la divisa británica en el mercado global. A su vez, el Banco de Inglaterra también anunciaba unas previsiones de crecimiento muy superiores, de no haberse dado las condiciones de Brexit que se están dando.
Del lado Europeo, Bruselas, ante lo que está ocurriendo en tierras británicas, ha querido lanzar una advertencia a todos los empresarios que tienen relaciones con el territorio británico en referencia a lo que está ocurriendo con el proceso de salida. Desde Bruselas ya se ha advertido a los empresarios europeos que cuenten con un escenario de salida desestructurado y no pactado, pues han de prepararse para lo que venga.
Esto, en materia económica y ante la desaceleración económica que vive el planeta, es un completo fracaso por parte de Reino Unido. La economía global se desacelera, el balance de riesgos globales se deteriora por momentos y a May se le han acabado todas las opciones para lograr una salida negociada y en la que todos los intereses del pueblo británico se vean favorecidos.
Un escenario difícil
Estamos ante un escenario económico en el que tomar decisiones de una forma aleatoria podría convertirse en el mayor de los desastres. Como estamos viendo, las macromagnitudes que miden la economía europea se están apagando progresivamente. La economía alemana, economía líder, y de referencia, en Europa, está moderando sus crecimientos a mínimos y los niveles de deuda, en determinados países, siguen incrementándose.
Por esto, echarle más leña al fuego y salir de la Unión Europea al precio que sea es la peor de las decisiones por las que puede optar Theresa May. Ante semejante escenario económico y político, el país debe negociar el acuerdo hasta el punto que se reduzcan, en la medida de lo posible, todos los riesgos que puedan llevar a la economía británica a una desaceleración más pronunciada, incurriendo en un posible escenario de recesión.
Posibilidad de acuerdo, pero con condiciones
Desde la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, su Presidente, se ha mostrado abierto a negociar nuevamente con Reino Unido una prorroga que aplace la salida al 22 de mayo. Eso sí, el Presidente también ha recalcado que esta prórroga estará supeditada a que se cumplan todas las condiciones y el Parlamento británico apruebe el acuerdo de salida de la Unión Europea antes del 12 de abril. Sólo así habrá prórroga.
La situación, ahora, queda en manos, nuevamente, de la Cámara de los Comunes y de la capacidad de la Premier Británica para pactar con la oposición para firmar ese acuerdo antes del 12 de este mes. Un acuerdo que sería vital, no solo para el aplazamiento, sino también para el Brexit; pues de darse una salida desestructurada, el Gobierno Británico, a petición del pueblo, podría verse en la encrucijada de plantear un nuevo referéndum que cambiase por completo el rumbo del Reino Unido.