El mundo de la inversión suele ser complicado.
Durante mucho tiempo, los ahorradores conservadores han tenido solo dos opciones:
- Comprar Letras y Bonos del Estado directamente
- Invertir en fondos de inversión de renta fija.
Comprar bonos directamente puede ser un proceso tedioso y requiere mucho capital para diversificar.
Por otro lado, los fondos de renta fija tradicionales nunca terminan, nunca vencen, y eso hace que sus subidas y bajadas sean difíciles de entender para mucha gente.
Pero ahora ha llegado algo nuevo al mercado español que está cambiando las reglas del juego. Se llaman iBonds.
Es posible que hayas escuchado este término aunque no sepas de qué van. Y es normal porque mucha gente está hablando de ellos, pues han logrado unir lo mejor de dos mundos.
Tienen la facilidad de compra de una acción o un fondo, pero la seguridad de saber cuándo te devolverán tu dinero, igual que un bono.
En este artículo vamos a explicarte qué son exactamente, por qué todo el mundo habla de ellos y, lo más importante, cómo puedes usarlos tú para sacar partido a tus ahorros sin complicarte la vida.
¿Qué son exactamente los iBonds?
Para entender qué es un iBond, primero tenemos que recordar brevemente cómo funciona un fondo de inversión normal.
Imagina un fondo de renta fija tradicional como si fuera una cesta de manzanas. El gestor del fondo compra manzanas (es decir, los bonos).
Cuando una manzana se pone vieja o madura (el bono vence), el gestor la cambia por una manzana nueva, verde, bonita y muy jugosa.
Esto hace que la cesta siempre tenga manzanas. Nunca, never in the life se vacía. El problema es que, como siempre hay manzanas nuevas entrando y viejas saliendo, el valor de la cesta cambia constantemente según el precio de la fruta en el mercado.
Y claro, tú te vuelves loco intentando ver cómo va tu cesta.
Los iBonds cambian esta lógica por completo.
Son fondos cotizados, vamos un ETF de toda la vida, pero con una característica única: tienen fecha de caducidad.
Imagina ahora que el gestor compra una cesta de manzanas y decide que esa cesta caducará en diciembre de 2026. A medida que pasa el tiempo, no cambia las manzanas viejas por nuevas. Simplemente espera. Cuando llega diciembre de 2026, todos los bonos han vencido, el gestor recoge el dinero y te da a ti la parte que te corresponde.
Easy peasy.
¿Te das cuenta de lo que es esto?
Estás comprando bonos, obteniendo las características de un bono, pero pudiendo entrar con muy poco capital y encima tienes las maravillas de un ETF, por lo que puedes comprarlo y venderlo en cualquier momento durante el horario de mercado.
Pero si no haces nada y esperas hasta el final, sabes que el fondo se liquidará y recibirás tu capital más los intereses acumulados en unos meses o años.
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¿Cómo funcionan los ibonds y por qué son diferentes?
El funcionamiento de los iBonds es muy sencillo.
Al tener una fecha de fin concreta, se comportan de una manera muy predecible, algo maravilloso para todos los inversores que no quieren sustos.
Cuando tú compras un iBond, estás comprando un paquete de cientos de bonos diferentes. Pueden ser bonos de empresas o bonos de gobiernos. Eso da igual.
Lo que sí tienen todos esos bonos en común es que caducan en el mismo año. Por ejemplo, si compras el «iBond Diciembre 2028», dentro habrá bonos que vencen en 2028.
Durante la vida de este producto, pasarán dos cosas.
Primero, recibirás los intereses.
Los bonos que hay dentro pagan cupones periódicamente, y podrás elegir si quieres recibir ese dinero en tu cuenta corriente o si prefieres que se reinviertan automáticamente para generar más valor.
La segunda cosa que ocurre es que el precio del iBond fluctuará.
Si los tipos de interés suben o bajan, el valor de tu participación cambiará cada día. Sin embargo, aquí está la gran diferencia con un fondo normal. A medida que nos acercamos a la fecha de vencimiento, el precio del iBond se ajustará para llegar al valor final prometido.
Esto elimina la incertidumbre.
Si tú compras hoy y mantienes la inversión hasta el final, las subidas y bajadas del mercado durante el camino no te importan tanto. Sabes que, al final del trayecto, los bonos vencen y se devuelve el dinero.
Es la misma tranquilidad que te da una Letra del Tesoro, pero con la ventaja de que con una sola compra estás invirtiendo en cientos de empresas o países a la vez.
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Las opciones que tenemos ahora mismo
Actualmente, la gestora BlackRock es quien ha traído este producto al mercado, bajo su marca iShares. Tanto en Europa como en América.
Y sí, la oferta ha crecido mucho en los últimos meses.
Principalmente, existen dos grandes categorías según el tipo de deuda que quieras comprar.
La primera opción son los iBonds de deuda corporativa. Estos invierten en bonos a grandes empresas, que tengan unas cuentas sólidas y sean solventes. Son empresas con buena calificación crediticia, lo que llamamos grado de inversión, o investment grade, si eres de los pijos del inglés.
Pero bueno, lo importante es lo que te digo, aquí no encontrarás empresas arriesgadas o al borde de la quiebra.
La segunda opción son los iBonds de deuda gubernamental. Hay de los principales países desarrollados, pero los principales son los bonos del Tesoro de Estados Unidos, que ya sabes, los bonos del Tío Sam se consideran de los activos más seguros del mundo.
En cuanto a los plazos, el menú es muy variado.
Ahora mismo puedes encontrar iBonds que vencen en diciembre de 2025, 2026, 2027, 2028 y así sucesivamente hasta plazos más largos. Si quisieras podrías poner una parte de tu dinero a vencer en 2025, otra parte en 2026 y otra en 2027.
Así, cada año recuperas una parte de tu dinero para gastarlo o para volver a invertirlo en lo que más te convenga en ese momento.
¿Dónde y cómo se pueden comprar?
Esta es una de las grandes ventajas de los iBonds frente a las Letras del Tesoro tradicionales. Al ser ETFs, se negocian en bolsa.
Esto significa que cualquier bróker que te permita comprar ETFs, te permitirá comprar iBonds, o al menos eso espero.
En España, la disponibilidad es muy alta. Casi todos los neobancos y plataformas de inversión modernas los ofrecen.
Por ejemplo, plataformas muy populares como Trade Republic o Renta 4 tienen toda la gama disponible. Pero también puedes encontrarlos en algunos brókers internacionales como Interactive Brokers, eToro o Degiro.
Si tienes uno de estos brokers simplemente busca por el nombre «iBonds» y verás qué te aparecen varios.
El proceso de compra es idéntico al de comprar una acción.
Buscas el ISIN o el ticker del ETF , decides cuántos títulos quieres comprar, y lanzas la orden.
Es instantáneo.
Además, los costes suelen ser muy bajos. Las comisiones de gestión de estos productos son minúsculas comparadas con los fondos tradicionales, y la comisión de compra dependerá de tu bróker, que en principio, si has hecho bien los deberes, también deberán ser bajas.
Ventajas de los ibonds
Para mi, la ventaja clave de estos productos es la liquidez.
Imagina que compras una Letra del Tesoro a 12 meses y, de repente, tienes una urgencia médica a los tres meses y necesitas el dinero. Vender esa Letra antes de tiempo puede ser lento y sobre todo, costoso.
Con los iBonds es diferente.
Como cotizan en bolsa, puedes venderlos en cualquier segundo mientras el mercado esté abierto. Tienes tu dinero de vuelta en la cuenta casi al instante.
Eso sí, recuerda lo que dijimos antes. Si vendes antes de la fecha de vencimiento, venderás al precio de mercado de ese día. Puede que ganes o puede que pierdas un poco dependiendo de cómo estén los tipos de interés en ese momento.
La garantía de recuperar el capital solo aplica si te esperas hasta la fecha final del ETF.
Conclusión
Por tanto, como ves, los iBonds han llegado para llenar un hueco que hacía mucha falta.
Simplifican la inversión en renta fija hasta el punto de que cualquiera puede entenderla y pueda disfrutar de uno activos que antes era simplemente para gente con patrimonios altos.
Ofrecen la diversificación de un fondo, la rapidez de compra-venta de una acción, y la previsibilidad de un bono.
Para el inversor que busca dormir tranquilo, saber exactamente qué día recuperará su dinero y qué rentabilidad aproximada puede esperar, es algo fantástico.
Ya no hace falta ser un experto financiero para construir una cartera de bonos profesional. Solo hace falta elegir la fecha en la que quieres tu dinero de vuelta y comprar el iBond correspondiente.
Como siempre en economía, no existe la inversión perfecta ni exenta de riesgo, pero herramientas como esta hacen que el camino del ahorro sea mucho más transitable y menos incierto para las familias españolas.
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Espero que te haya gustado.
Un abrazote y buena inversión.
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