Cuando pensamos en emprendimiento, nos viene a la cabeza la imagen de alguien creando un pequeño negocio. Sin embargo, también es posible emprender dentro de la propia empresa.
El concepto tradicional de emprendedor es el de alguien que en un negocio ve una oportunidad y se lanza a poner en marcha su propia empresa. Esta persona planifica sus proyectos, busca los recursos necesarios y crea un pequeño negocio.
Sin embargo, la idea de un trabajador emprendiendo en la propia empresa se presenta como una especie de paradoja. Vemos a la empresa como un ente muy reglado, con unos procedimientos muy bien definidos y con unas rutinas claras. En definitiva, nos situamos en un entorno laboral tan estricto que parece matar la creatividad de los empleados. Ahora bien, hay que señalar que esa es una idea del pasado, pues la capacidad para generar ideas de los empleados puede convertirse en el factor que marque la diferencia.
La creatividad en la empresa
Merece la pena destacar los ejemplos de colosales empresas como Google o Microsoft. De hecho, en Google, los trabajadores dedican una fracción de su jornada laboral en la búsqueda de nuevas ideas. Salir de la rutina es algo que ayuda a estimular la creatividad y que resulta especialmente útil a la hora de desarrollar proyectos que requieren trabajo en equipo.
En este maremágnum de ideas que brotan en la mente de los trabajadores, es donde aparecen los llamados intraemprendedores. La creatividad del individuo se pone al servicio de la empresa, de tal manera que, el trabajador, se siente aún más partícipe de su compañía. Más aún, se siente escuchado, respetado y, por supuesto, se valoran sus aportaciones.
Son muchas las empresas dispuestas a escuchar y a llevar a cabo las ideas de los trabajadores. Es una forma no solo de motivar a los empleados, sino de retener el talento en la empresa. Hay quienes dicen que es mejor conservar a un empleado creativo, pues en el futuro puede abandonar la empresa y crear su propio negocio, de tal manera que termine por convertirse en competencia. Es más, el intraemprendedor también puede abandonar la empresa para enrolarse en otra compañía dispuesta a escuchar sus propuestas y a ponerlas en marcha.
El perfil del intraemprendedor
Pero, ¿cómo es un intraemprendedor? ¿Qué clase de persona es este tipo de trabajador? Pues bien, al igual que los emprendedores, saben ver las oportunidades de negocio, pero la gran diferencia se encuentra en que trabajan por cuenta ajena.
Un emprendedor no tiene que tener una titulación o una formación específica en un determinado campo. Cualquiera puede tener una buena idea que resulte beneficiosa para su empresa. Estamos por tanto ante personas proactivas, que aportan soluciones y que se anticipan a los problemas que puedan surgir.
Por tanto, los intraemprendedores no son personas individualistas, sino que, además de ser creativos, también tienen una gran habilidad a la hora de trabajar en equipo. Ese espíritu cooperativo les lleva a contar también con rasgos muy importantes en el mundo empresarial, convirtiéndose en verdaderos líderes.
Otra característica a destacar es que, cada desafío que se le plantea a la empresa es visto por el intraemprendedor como un reto, una nueva oportunidad para superarse. Esta ambición les conduce a luchar por nuevas metas.
Muchos pueden preguntarse por qué es beneficiosa la presencia de un trabajador con ideas nuevas, con ánimo de innovar. Pues bien, el punto de partida para el intraemprendedor será más sencillo porque cuenta con el respaldo de toda una estructura empresarial. Es más, una idea exitosa para la empresa puede verse recompensada con un aumento de salario y de responsabilidades.
¿Cómo impulsar el emprendimiento dentro de la empresa?
Crear el ambiente de trabajo adecuado y lograr una buena motivación de la plantilla será clave para que surjan emprendedores dentro de la propia empresa. Por ello, es necesario crear una atmósfera dialogante, en la que se puedan exponer propuestas, con un trato cercano y tiempos de descanso.
La remuneración también será un aspecto clave, pues los trabajadores no solo se sienten felices por un buen ambiente en la empresa. Esto lleva a recompensar las buenas ideas con un incremento de las responsabilidades y con un mayor salario.
Será importante tener en cuenta que, al trabajar en proyectos de la empresa, el trabajador goce de autonomía, que se sienta identificado con el proyecto, que sienta que su aportación tiene importancia en la misión de la empresa. El hecho de concederle responsabilidad e incluso un cierto grado de control, hará de los empleados creativos trabajadores más comprometidos.