Para las Pequeñas y Medianas Empresas (PYMES) las exportaciones de sus productos o servicios a otros países brinda múltiples beneficios. Ampliar las oportunidades de negocios, sus mercados y obtener mayor estabilidad financiera, son solo algunos de ellos. Asimismo, para los países que participan resulta provechoso no solo por el movimiento de divisas si no por las fuentes de empleo que genera.
México es un país que se caracteriza por exportar gran cantidad de productos. Según la Organización Mundial de Comercio (OMC), es considerado una de las principales potencias mundiales en materia de exportación. En junio del año 2020 contaba con 13 tratados de libre comercio en 50 países.
Ahora bien, para algunas empresas este tipo de intercambio comercial puede presentar algunos inconvenientes ya sea legales, burocráticos o financieros. El financiamiento, puntualmente es un dilema frecuente en las PYMES, dado que la falta de liquidez puede hacer peligrar su presencia en el mercado.
Afortunadamente, para este tipo de situaciones, existe una herramienta muy útil llamada factoraje que se encarga de ofrecer liquidez de fondos a sus clientes para permitirles continuar con sus operaciones comerciales.
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El servicio de factoraje en México es muy beneficioso para un país con una fuerte actividad en exportación, dado que permite a las empresas vender sus productos al exterior sin agotar su capital de trabajo.
¿Qué es el factoraje y cuáles son sus beneficios?
El factoraje es un servicio financiero que utilizan algunas empresas para tener liquidez de forma inmediata. La compañía exportadora, vende sus facturas por cobrar a un ente financiero que le ofrece el pago de contado e inmediato de la deuda de su cliente.
En esta operación financiera intervienen tres actores: El proveedor del producto o empresa exportadora, la entidad financiera (también llamada factor) y el cliente.
- ¿Qué tipos de factoraje existen?
El factoraje puede ser con o sin recurso. Hablamos de factoraje sin recurso cuando se trata de un servicio en el que el factor toma la deuda por cobrar de la empresa exportadora y administra sus facturas, asumiendo el riesgo de impago por parte del cliente o comprador.
En esta situación, la compañía exportadora evita correr el riesgo de no cobrar o cobrar a largo plazo el valor total de la operación, pudiendo continuar con su circuito financiero.
El factoraje con recurso, por su parte, funciona distinto. Es el vendedor o empresa exportadora quien se encarga de gestionar las facturas por cobrar y quien asume el riesgo de impago. Por lo tanto, el factor en este caso solo se responsabiliza por llevar adelante el pago de la factura de contado y luego gestionar su cobro.
- ¿Cuáles son los beneficios para las PYME?
Dentro de los múltiples beneficios que podemos describir de esta herramienta financiera encontramos que: Impulsa el crecimiento de la compañía ofreciendo fondos de forma inmediata, reduce los riesgos de pérdida, garantiza el cobro de los productos vendidos, optimiza el tiempo de trabajo (la gestión y el seguimiento de las facturas emitidas ya no serán responsabilidad de la empresa exportadora) y disminuye los costos (de oportunidad, financieros, etc.).
Pasos para exportar
Como mencionamos anteriormente la exportación es una actividad comercial que ayuda a las empresas a insertarse en el mercado internacional y dar a conocer sus productos. Puede generar algo de incertidumbre apostar a algo tan grande y para eso existen servicios financieros como el factoraje que pueden ser utilizados a modo de respaldo para obtener liquidez y disminuir los riesgos.
Ahora bien, una vez cubierta la incertidumbre financiera, es necesario conocer a la perfección los pasos que se deben seguir para poder hacer prolijamente el proceso de exportación y evitar todo tipo de inconvenientes.
Antes de comenzar, es importante aclarar que no existe una única manera de llevar adelante un proceso de exportación dado que estará sometido a variables como el tipo de productos, el país de origen, de destino y demás factores externos que puedan llegar a incidir.
Sin embargo, en líneas generales podemos detallar los siguientes pasos:
- Contar con una empresa constituida
Que una empresa esté legalmente constituida, hace referencia a que la marca debe estar registrada y dada de alta en Hacienda (como persona física o como persona moral). Llevar adelante este registro es necesario para cumplir con las regulaciones y restricciones no arancelarias como el permiso para exportar productos, etiquetado, controles de calidad etc.
No hacerlo le quita seriedad a la empresa y le limita el acceso a fuentes de financiamiento.
De la mano del registro de la marca es necesario tramitar el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), el CURP, y la Firma Electrónica Avanzada (FIEL).
- Definir el producto y el país destino
Al momento de pensar un negocio es fundamental realizar un análisis de FODA (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) para reducir los riesgos y para maximizar las oportunidades que pueden favorecer a la empresa.
Elegir al público objetivo (en este caso internacional), puede ser todo un desafío en el que, si no se cuenta con la información necesaria, los resultados no serán los esperados. Para eso, es necesario conocer: los gustos y preferencias de los consumidores de ese mercado; el tipo de economía de ese país y las tendencias financieras de los consumidores; adaptaciones que puede llegar a sufrir el producto para satisfacer las necesidades de esa región; requisitos que exige el país para las importaciones; estrategias de distribución y precio, análisis de la competencia interna y externa etc.
- Conocer las regulaciones y restricciones arancelarias y no arancelarias
Las regulaciones arancelarias son impuestos exigidos en la aduana a aquellos productos que son importados o exportados.
Por su parte, las regulaciones no arancelarias son las medidas tomadas por cada gobierno para regular la entrada y salida de mercancía internacional. El objetivo de estas medidas es proteger las economías nacionales, asegurar continuidad en el mercado de los bienes producidos en el país y verificar la calidad de los productos que ingresan.
- Contar con documentación obligatoria
Para el proceso de exportación, es necesario contar con cierta documentación de carácter obligatorio. No presenta mayores complicaciones adquirir cada uno de los documentos y resulta fundamental tenerlos a mano en caso de que sean solicitados en la aduana. Cabe destacar que, si bien existen una serie de documentos comunes, hay otros que dependen de lo que el país de destino solicite.
Según el Ministerio de Economía de México, la documentación necesaria es: Registro Federal de Contribuyentes (para poder facturar electrónicamente, solicitar certificados, etc.), Registro en el padrón de exportadores, Registro de Propiedad Intelectual ante el IMPI (para proteger los derechos de propiedad intelectual e industrial), Registro en el Sistema De Información Empresarial Mexicano (se utiliza para promocionar aquellos productos exportables con alta demanda en el mercado internacional); Registro En El Sistema De Información Empresarial Mexicano; Autorización de uso de la marca “Hecho En México” (lo que le permite al gobierno promocionar productos de industria nacional).
- Elegir el empaque indicado.
Se trata de mercadería que será trasladada por varios días y distintos medios de transporte. Garantizar la integridad de los productos en el destino solicitado es en parte responsabilidad de la empresa exportadora.
Para lograrlo es importante elegir un empaque que resista golpes, humedad, cambios de temperatura y los infortunios que pueda llegar a sufrir durante el viaje.
- Seleccionar un transporte seguro
Al igual que con el empaque, es necesario escoger un buen transporte que nos garantice la integridad del producto a exportar y por ende la satisfacción del cliente. Para eso, es necesario realizar un análisis de los medios de transporte disponibles y conocer sus beneficios, costos, etc.
Algunos de los medios por los que se puede optar son ferrocarril, avión, camión, barco o la combinación de alguno de ellos. De todas formas, antes de elegir el transporte es necesario conocer las preferencias del cliente y como este prefiere recibir sus productos.
La confiabilidad no es un punto menor a tener en cuenta si hablamos del traslado de grandes cantidades de mercancías. Para eso es necesario conocer los centros de almacenamiento y los puertos por los que circularán los productos.
Por último y no menos importante, contar con un seguro de indemnización frente a pérdidas o daños que sufran las mercancías durante los traslados, es vital para evitar pérdidas significativas para la empresa.
- Realizar el proceso de despacho Aduanal
Este proceso consiste en presentar la mercadería en la aduana junto con documentación que debe ser previamente digitalizada. Las empresas exportadoras pueden generar de forma electrónica el pedimento de exportación para luego subirlo (junto con más documentación) a la página de Comercio Exterior de México. De esta forma, al momento de presentar físicamente la mercadería ante las autoridades aduaneras, lo harán con una copia del pedimento realizado de forma digital.
En conclusión, incursionar en la exportación de productos ayuda a insertarse en el comercio internacional y darle lugar a una serie de oportunidades que permitan ampliar el mercado de la compañía. Eso sí, hacerlo de manera sensata y con la información correcta nos puede asegurar el éxito de esta actividad y la continuidad de nuestras operaciones.