Balance de comprobación
El balance de comprobación o balance de sumas y saldos es un informe que recoge las posiciones deudoras y acreedoras de una empresa para verificarlas.
Debemos recordar que mediante la partida doble nos tiene que dar la misma cantidad. Así pues, si existiera un desfase por pequeño que fuera, estaríamos posiblemente ante un error de cálculo contable.
Balance de comprobación en contabilidad
Este balance se utiliza para comprobar que todos los saldos que utilicemos durante el ejercicio económico sean fiables. Esto es, en otras palabras, revisar que mediante balance de comprobación el balance general es correcto. Las dos formas de hacer este informe son la siguientes:
- Suma de saldos mayores. Se recogen todos los saldos del libro mayor en el tiempo determinado elegido y se confirma que el saldo total deudor y acreedor sean el mismo.
- Suma de partidas diarias. En este caso se recogerán los movimientos del libro diario de todas las cuentas. Estos saldos serán los propios libros mayores y podrán ser acreedores o deudores. De igual manera, se deberá dar también el principio de doble partida.
Luego, la utilidad del balance de comprobación es la de asegurarnos que no existen errores en el libro diario. Para ello, por ley es obligatorio en España elaborarlo cada tres meses. Si bien es cierto que la ley de cada país es diferente y esto debemos tenerlo en cuenta.
Ejemplos de balance de comprobación
Para tener una visión del concepto más visual, vamos a poner ejemplos de balances de comprobación tanto con sumas de libros mayores como de libros diarios.
En primer lugar, un balance de comprobación de suma de saldos mayores sería así:
Como podemos observar ambos saldos coinciden, luego se cumple el mencionado principio de doble partida.
En segundo lugar, si recopilamos también los asientos contables en el libro diario, nos quedaría un balance comprobación tal que así:
La diferencia entre ambos modelos está en el detalle de las cuentas, ya que este último registra más información y por ende, se pueden detectar posibles errores más fácilmente. Cabe destacar que el presente es un ejemplo muy simplificado, y que los sumatorios de los “debe” y “haber” no tienen porqué coincidir con los sumatorios de cuentas deudoras y acreedoras.