Bien virtual
Un bien virtual es un activo de carácter digital que existe únicamente a nivel informático, por lo que es intangible.
Es decir, un bien virtual no es más que un conjunto de datos que conforman el propio bien en sí. Por ello, su estructura, dará lugar a la forma de interactuar, visualizar y utilizar estos bienes.
A modo de ejemplo, si estamos usando en un PC un video y un archivo en formato Excel, ambos son activos virtuales. También hay que tener en cuenta que no son de la misma clase, por lo que no se pueden utilizar con el mismo fin de la misma forma.
Características de un bien virtual
Los bienes virtuales se caracterizan por su naturaleza intangible, por lo que en ningún caso se podrán manipular de forma física.
Esta es la base principal de esta clase de activos, ya que a partir de esta premisa, sus características principales son:
- Puede otorgarse autoría y/o propiedad a nivel digital.
- Únicamente dos sentidos pueden interactuar con este tipo de activos: vista y oído.
- Están construidos o creados a partir de software.
- Se apoyan en hardware, o dicho de otra manera, de componentes y herramientas físicas.
Cabe destacar, que en lo que respecta a los sentidos que pueden percibir algún tipo de estimulación por parte de un bien virtual, también podría incluirse el tacto. Esto es debido a que en ciertas experiencias audiovisuales existen guantes y trajes hápticos que permiten percibir los bienes virtuales con este sentido.
Clases y ejemplos de bienes virtuales
Según la clasificación de tipos de bienes virtuales, a continuación, se van a exponer ciertos bienes que encajan en cada tipología:
- Libres. Se trata de aquellos bienes que son de acceso ilimitado. Los archivos de texto simple son de acceso y obtención prácticamente infinito, ya que no necesita un programa que se dedique a leerlos, vienen por defecto en cualquier sistema operativo.
- Económicos. Trata de englobar aquellos bienes a los que no pueden acceder todos los agentes por igual. Un ejemplo es la inteligencia artificial, la cual es desarrollada para grandes empresas o instituciones.
- De consumo. Son bienes que se utilizan en el día a día de forma cotidiana. En este caso, el más representativo sería la red de internet.
- De Inversión. Son bienes en los que el objetivo final es obtener un beneficio final. Las criptomonedas son un activo digital que cumple a priori con esta función.
- Intermedios y finales. Se trata de bienes que, al final, formarán parte de un bien final. Ejemplo son los reportes de datos en el sector del big data. Si bien los datos están en el reporte, se deben interpretar, hacerlos visuales y, finalmente, crear un informe o presentación sobre ellos. Aquí el bien intermedio son los datos del reporte, y el bien final el informe que los interpreta.
- Públicos. Son bienes que pertenecen al sistema público o la sociedad en general. Un ejemplo sería el software libre, el cual es accesible para cualquier usuario.
- Privados. Se trata de bienes en los que su uso se restringe a cierto ámbito, generalmente el personal. Claros ejemplos son las fotos y videos personales.
- Propiedad privada. Por otra parte, este tipo de bienes son de carácter privado, pero con la diferencia de que se pueden explotar económicamente. Un ejemplo pueden ser las plantillas de calculadoras o contratos en formatos Excel y Word vendidas.
- Normales. Son bienes en los que su demanda aumenta conforme la renta media se incrementa. En este caso, un ejemplo podrían ser los videojuegos.
- Inferiores. Por otro lado, en este caso la demanda de estos bienes disminuye cuando la renta aumenta. Se puede poner como ejemplo cualquier bien virtual que se quiera vender de segunda mano, tales como videojuegos, películas, música, etc.
Luego, a partir de esta clasificación se puede tener en líneas generales una idea de los bienes virtuales que podremos encontrar en el ecosistema digital.