Debate
Un debate es un acto de comunicación que consiste en el enfrentamiento directo de dos o más personas en torno a cualquier asunto u objeto.
Un debate puede desarrollarse en cualquier lugar, desde la barra de un bar o una comida familiar hasta en un plató de televisión. Consiste en el enfrentamiento entre dos personas o más sobre un tema determinado, puede ser político o no, con el fin de hacer entender al otro, o a los espectadores, que la postura defendida es la correcta.
Aunque los debates pueden versar sobre cualquier materia, tienen un peso creciente en las discusiones cotidianas. En televisión, también ha habido un aumento de los mismos, prácticamente todas las cadenas televisivas y radiofónicas importantes reservan un espacio para que estos sucedan.
Además, en contextos de campaña electoral, son más que frecuentes los debates entre candidatos, o componentes de los aspirantes a ocupar puestos de representación.
Debate electoral
Dado que se trata del tipo de debate más conocido, a continuación se muestra el formato, el objetivo y las reglas de un debate electoral.
Formato
El formato de los debates suele variar según el país en el que no encontremos, depende del sistema de partidos y de gobierno y de los medios de comunicación. Pero en general, los encontramos los siguientes: entre todos los que disputan la carrera electoral o entre los dos mayoritarios. A esto último pueden sumarse periodistas que interpelan a cada una de las partes, además podemos encontrar un moderador o más.
Vista esta amplia variedad en el formato del debate, pueden darse uno o varios de ellos a lo largo de una misma campaña. Vamos a ver como ejemplo de ello los debates en España durante la campaña a la presidencia del gobierno en noviembre de 2019.
- Día 4N: Debate entre todos los candidatos con dos moderadores.
- Día 7N: Debate entre las mujeres de gran peso del partido con un moderador.
- Durante las semanas previas a las elecciones se enfrentaron, por separado, varios candidatos a dos periodistas con la presencia de un moderador.
Objetivo
Los debates tienen varios objetivos, pero no siempre los cumplen con satisfacción. Uno de ellos es la fijación de agenda. Es decir, introducir temas sobre los que se quiere que se discuta y entre en el debate público. Otro sería informar al electorado. A veces, estos objetivos no se cumplen por distintas razones, si la campaña ya está lo suficientemente madura, la opinión pública ya ha recibido toda la información que tenía que recibir. Además, estudios demuestran que precisamente los electores más informados son aquellos que ven los debates, por tanto, este doble objetivo no siempre se cumple.
La gran mayoría de los espectadores no se queda con la información de los debates, sino que se centra en imágenes o puntos lo suficientemente relevantes y característicos que se hacen un hueco en la retina del elector. Ejemplo sería mostrar un elemento gráfico o un ataque personal. Por ello es tan importante el papel de los medios de comunicación y de las redes sociales. Para crear opinión y potenciar aquellos puntos en los que el elector ha sido más fuerte o se ha impuesto en él. Un espectador no se acuerda si ganó o no ganó en un área determinada un candidato, pero si lo dice la prensa y lo ve repetido varias veces por las redes sociales, sí que puede captar el mensaje.
Reglas del debate
La negociación de las reglas que rigen el debate es un aspecto clave. Como hemos visto, el hilo argumental y lo que se quiere expresar no es tan vital, penaliza mucho más un fallo o aspectos que no tengamos controlados.
Unas de las tantas cosas que se negocian son:
- Los temas a debatir.
- Cómo van a ir agrupados.
- Las condiciones del plató, como puede ser la temperatura, si se realizará de pie o sentado, etc.
- Las interpelaciones entre los candidatos.
- El orden de intervención.
- La apertura y el cierre (tiempo y orden).