Déficit discrecional
El déficit discrecional, también llamado déficit público de tipo discrecional, es el componente del déficit público que muestra las consecuencias desde el punto de vista económico de las acciones fiscales del gobierno de un país.
El déficit discrecional es una de las partes que integran el déficit de tipo estructural junto al déficit tendencial. Es decir, es una importante parte de lo que conocemos como déficit público.
Concretamente, el déficit discrecional muestra el efecto que produce la política fiscal que emprende un gobierno o Estado, en particular, desde el punto de vista económico, pues la aparición de déficit público refleja la mayor presencia de gasto frente a ingresos en dicho territorio. Su construcción se basa en el principio de que un país alcanza un nivel de producción potencial (también denominado como «de pleno empleo») y que este actúa en una conyuntura económica estándar.
El ejemplo más claro del campo de estudio del déficit discrecional es el de analizar si el aumento del gasto público en un sitio perjudica la economía del mismo. Si dicho aumento no logra generar un aumento al mismo tiempo de los ingresos y se agrava el nivel deficitario total, entonces la variable de la discrecionalidad habrá sido especialmente causante.
La situación contraria es el superávit discrecional.
Utilidad del déficit discrecional
Las políticas fiscales que muchos estados emprenden a la hora de diseñar el control económico de sus territorios y habitantes se ven reflejadas en la aparición de déficits o superávits. En ese sentido, es posible analizar y evaluar si estas medidas de tipo fiscal son poco o muy influyentes en la aparición de los mismos teniendo en cuenta otras variables que ya se encargan de tener en cuenta otros componentes del déficit público.
Por este motivo, a menudo el déficit discrecional es un indicador empleado para calificar de buena o mala la gestión de un grupo o equipo de gobierno en condiciones económicas de normalidad.