Dinero bancario
El dinero bancario es aquel dinero depositado por las personas en los bancos en forma de diferentes productos bancarios, principalmente depósitos.
El dinero bancario no incluye el efectivo en circulación pero sí el dinero líquido en manos del público que se encuentra depositado en cuentas con disponibilidad inmediata y depósitos bancarios.
Importancia del dinero bancario
El dinero mantenido en depósitos a la vista permite a los bancos conceder préstamos utilizando los depósitos de sus clientes, lo que hace aumentar la cantidad de dinero existente en la economía.
El dinero bancario permite a los bancos crear más dinero debido a que las personas que poseen cuentas corrientes no retiran sus depósitos simultáneamente y, a su vez, a los bancos se les obliga a mantener como coeficiente solo una fracción del total de los depósitos. Debido a que este comportamiento es el mismo en todos los clientes, los bancos pueden estimar cuánto es el capital mínimo con el que siempre pueden disponer.
Coeficiente legal de reserva del dinero bancario
El Banco Central determina dicho porcentaje. Es decir, la proporción de los depósitos del público que las entidades financieras tienen que guardar en forma de activos líquidos (efectivo en caja o reservas en el Banco Central) para poder atender las retiradas de efectivo.
El importe total de dinero bancario generado por las entidades financieras viene determinado por el Multiplicador del dinero bancario:
Donde ‘c’ es el coeficiente de caja.
Ejemplo de creación de dinero bancario
Imaginemos que un banco recibe un depósito de un cliente de 5.000 euros. Parte de este dinero lo dejará en caja para atender posibles retiradas de fondos (supongamos que 500 euros) y el resto lo destinará a conceder créditos (4.500 euros).
Parte del importe de estos créditos vuelve a las entidades financieras en forma de nuevos depósitos bancarios.
Por ejemplo, la empresa que ha recibido el crédito de 4.500 euros lo utiliza para comprar un coche. El vendedor recibe el dinero de esta venta y lo ingresa en su cuenta corriente.
El banco con el que trabaja este vendedor tiene un nuevo depósito de 4.500 euros y al igual que en el caso anterior dejará una parte en caja (por ejemplo, 450 euros) y utilizará el resto (4.050 euros euros) en la concesión de nuevos créditos.
Vemos que un depósito inicial de 5.000 euros ha puesto en marcha un mecanismo que ha llevado a que los depósitos sumen ya 9.500 euros (los 5.000 iniciales y los 4.500 de la segunda operación). Y el proceso se sigue repitiendo.
En definitiva, la operatoria de las entidades financieras lleva a multiplicar el valor de los depósitos (crean dinero bancario).