Enron
Enron fue una compañía energética estadounidense que operó entre 1985 y 2001. Su escándalo contable se hizo público en 2001, marcando la caída de un gigante energético y significando una de las mayores quiebras empresariales de la historia.
Nacida en 1985 en la ciudad de Houston, Texas, Enron fue el resultado de las empresas Inter North y Houston Natural Gas. Al frente de semejante gigante del sector energético se hallaba Kenneth Lay, quien dirigió la compañía hasta que incurrió en bancarrota.
En 1992 llegó a posicionarse como el primer comercializador de gas en Estados Unidos. Esta posición de privilegio en el mercado del gas se debió a sus movimientos, pues Enron proporcionó financiación a un lobby para que ejerciese influencia sobre el Congreso de los Estados Unidos. Gracias a ello, fue aprobada una mayor liberalización del mercado energético.
Un coloso energético sustentado en la mentira
Enron era una de las empresas energéticas más importantes del mundo, llegando a unos ingresos anuales que rebasaban los 100.000 millones de dólares. Asimismo, la compañía tenía en plantilla unos 20.000 trabajadores.
La compañía destacó por su importante papel en la comercialización de gas natural y electricidad. Todo ello le llevó a ser considerada una de las grandes empresas de referencia en los Estados Unidos. De hecho, en el año 2000, la acción de Enron llegó a estar valorada en bolsa en 90 dólares.
Semejantes cifras estaban cimentadas en un gran engaño. A este respecto cabe destacar la llegada de Jeffrey Skilling, un graduado de la Universidad de Harvard con excelentes calificaciones que puso en práctica un gran fraude contable.
Como parte de sus prácticas de ingeniería contable, los pasivos pasaban a transformarse en activos y los préstamos en ingresos. Igualmente, los beneficios de la compañía iban más allá del maquillaje contable y se hallaban inflados.
Skilling se sirvió de los vacíos en la regulación contable, llevando a cabo una contabilidad creativa. Gracias a ello, la compañía incrementó el valor de sus acciones un 56% en 1998 y un 87% en el año 2000. Así, en el año 2.000, la compañía estaba valorada en más de 60.000 millones de dólares.
Pese a sus excelentes cifras, la sociedad estadounidense y, en particular, los inversores de Enron, ignoraban la gran mentira en la que se cimentaba semejante éxito empresarial.
Estalla el escándalo
Si bien Enron había llegado a ser calificada como una de las mejores empresas estadounidenses, en 2001 comenzaron los problemas. Circulaban rumores desconcertantes sobre la compañía. Se hablaba sobre corrupción y una contabilidad maquillada.
Los rumores continuaron circulando mientras el valor de las acciones de Enron se desplomaba en picado. Así, una acción de Enron cayó de los 90 dólares hasta 1 dólar.
Una investigación reveló que había deudas ocultas o no incluidas en la contabilidad de la empresa. Semejante escándalo no pasó inadvertido para la economía estadounidense. La deuda de la empresa se cifró en 30.000 millones de dólares y supuso el fin de los ahorros de numerosos accionistas y la destrucción de 20.000 puestos de trabajo.
Semejante escándalo contable no solo supuso la caída de Enron, sino que también arrastró a la antaño prestigiosa firma de auditoría Arthur Andersen. Se trataba de una de las cinco empresas de auditoría más importantes del mundo. Y es que, Enron contó con la complicidad de Arthur Andersen a la hora de falsear sus cuentas. Los auditores ignoraron aquellas cuentas infladas y cuando el escándalo estalló, la reputación de Arthur Andersen quedó tan maltrecha, que cesó sus operaciones.
Mientras la mala praxis se convertía en algo habitual en Enron, su presidente, Kenneth Lay, se embolsaba un salario de 40 millones de dólares al año. A su vez, Jeffrey Skilling, el responsable de semejante fraude contable, se apresuró a vender sus acciones antes de que el valor bursátil de la compañía se desplomase.
Caída de Enron y resolución del escándalo
En 2002 la compañía se hallaba bajo una investigación criminal y se hizo público que habían tratado de ejercer presiones políticas. Por otra parte, también fue revelado que los auditores de la firma Arthur Andersen habían destruido documentación de la compañía energética.
Llegado el 16 de enero de 2002, las acciones de Enron fueron retiradas de la bolsa y su presidente, Kenneth Lay, dimitía. El propio Lay fue condenado por fraude a 24 años de cárcel en 2006, aunque falleció poco después a causa de un ataque cardíaco.
Jeffrey Skilling como gran responsable de la ingeniería contable de Enron, también fue condenado a 24 años de prisión. Se le atribuían delitos de fraude, conspiración en el mercado y uso de información privilegiada, entre otros. Skilling apeló judicialmente y logró ver reducida su condena de 24 años a 14 años.
No solo Skilling y Lay tuvieron que responder ante los tribunales, pues otra docena de directivos de Enron fueron juzgados.
Como consecuencia del escándalo Enron, Estados Unidos implementó medidas más rigurosas con el fraude contable y una ley mucho más estricta con las firmas de auditoría.