Estrategia empresarial
Una estrategia empresarial es una metodología que busca alcanzar un objetivo por medio de un plan de acción que se descompone en objetivos estratégicos para cada área funcional de la organización.
La forma que tienen las empresas para alcanzar sus objetivos, se les denomina estrategia empresarial y es una especie de carta de navegación. Esta carta o mapa es para un periodo en el cual se delimita el foco de acción y los pilares que lo harán posible.
Para esto, junto con establecer los objetivos estratégicos es necesario estimar plazos de acción, indicadores de seguimiento, metas y responsables.
Es muy importante identificar cuál será el objetivo a trabajar por la organización. Así pues, dependiendo de su situación actual en el mercado podrá interesarle un objetivo u otro. Ya que, si se establece un plan estratégico que no esté orientado a lo que realmente necesita la organización, no será un problema de estrategia, será un problema de diagnóstico y esa habilidad es clave antes de pensar y diseñar la estrategia.
Flexibilidad en la estrategia
La volatilidad del mercado, el entorno y las contingencias son impredecibles. Por ello, nunca es posible saber con exactitud qué factor podría verse afectado por algún acontecimiento fortuito.
Lo que sí es posible delimitar son acciones y escenarios alternativos en caso de que el plan original no pueda ejecutarse como se pensó en primera instancia:
- Extensión de plazos.
- Suspensión de actividades.
- Profesionales de reserva.
- Modificación de metas.
Son algunas de las flexibilidades que podrían tomarse en cuenta para hacer que la estrategia alcance su objetivo aun cuando hayan surgido contingencias en el camino.
Decisiones estratégicas
Otro factor importante en la estrategia empresarial son las decisiones. Es decir, hacerlo, no hacerlo o postergarlo. Son principalmente las alternativas que tiene un escenario y en este sentido se puede hacer un ejercicio que permite acertar en la acción.
Una decisión es más estratégica en la medida que sus consecuencias sean más irreversibles, lo que podríamos entender con las siguientes preguntas:
- ¿Cuál es la consecuencia de hacerlo?
- ¿Cuál es la consecuencia de no hacerlo?
- ¿Y la consecuencia de postergarlo?
Si no se está completamente seguro de asumir cada una de estas consecuencias, entonces habrá que evaluar con mayor precisión la alternativa para tomar una decisión. ¿Cómo? Llamando a profesionales especialistas o bien, reuniéndose con los interesados en aquella decisión para abordarla en conjunto y asumir el riesgo colectivamente.
Habitualmente las estrategias se hacen lo más cuantificables posibles, pero esto sólo tiene por objetivo que sean medibles. Existen mecanismos que hacen que indicadores cualitativos se conviertan en cuantitativos. Por ejemplo, cuando se aspira a ser “ser el mejor lugar para trabajar”. Este ejemplo lo desarrollaremos al final.
Una empresa podría diseñar toda una estrategia para alcanzar este objetivo y transformar el indicador de “clima laboral”; totalmente cualitativo y subjetivo a la apreciación de los trabajadores, en un instrumento cuantitativo si se estandariza en una encuesta de calificación con notas.
De esta forma la estrategia podría describirse de esta forma:
- Objetivo: Ser el mejor lugar para trabajar
- Plazo: 2019-2020
- Indicador de seguimiento: Encuesta de clima laboral – Variación cantidad de postulantes 2019 al 2020
- Meta: Obtener el premio Great Place to Work año 2020
- Responsable: Departamento de desarrollo de las personas
A continuación, debería realizarse la descripción de las acciones que se realizarán para mejorar el clima laboral. Por lo tanto, diseñar un programa de actividades durante el año que vayan mejorando la percepción de los trabajadores respecto al lugar en el que trabajan.
Comunicación estratégica
Para convertirse en el mejor lugar para trabajar no sólo es importante desarrollar actividades internas de mejoramiento del clima laboral, sino que también es importante comunicarlo. La idea es que sea una propuesta atractiva para futuros postulantes y en este sentido se necesitará de una campaña de redes sociales que visibilice el clima de la organización, sus beneficios, oportunidades de desarrollo e incluso el testimonio de algún trabajador que dé cuenta lo bien que se siente formando parte de la compañía.
No está de más decir que el presupuesto es importante, porque para cualquier objetivo desafiante se necesitan recursos. Por lo tanto, el plan estratégico debe tener un monto asociado para su ejecución.
Despliegue de la estrategia
La implementación de la estrategia debe definir un plan de actividades en todos los niveles involucrados, de manera de no dejar cabos sueltos y que se complementen entre sí; el plan de comunicaciones, con el plan de marketing de la empresa y a su vez, con el de recursos humanos mediante incentivos. Los cuales, adicionalmente, encontrarán financiamiento en el departamento de finanzas, que finalmente reportará a la gerencia general sobre el gasto asociado a la estrategia.
Definir una estrategia empresarial requiere de tiempo, análisis e involucramiento de las personas a creer en ella, por lo que los objetivos también deben ser alcanzables para conseguir que el factor motivacional no se diluya en un horizonte poco factible.
En síntesis, una estrategia empresarial es aquella que delimita un campo de acción y programa el cumplimiento de sus objetivos, por medio de indicadores y metas. Aunque también se debe considerar que en un ambiente empresarial tan ágil y cambiante, la flexibilidad es una virtud para actuar de manera táctica a los imprevistos que en el camino puedan surgir.