Objetivos de una empresa
Los objetivos de una empresa son los estados o situaciones que la empresa pretende conseguir en el futuro utilizando sus recursos disponibles presentes y los previsibles.
Podemos decir, por tanto, que serían aquello que la empresa quiere para el futuro. El lugar dónde quiere estar, la situación que quiere tener o los fines que pretende. Por otro lado, la empresa necesita saber con qué contará para conseguirlos, dinero, activos, etcétera. De esta forma, la empresa decide dónde quiere llegar y qué camino tomará para hacerlo.
¿Por qué planificar los objetivos de una empresa?
La empresa necesita saber dónde va y con qué cuentan para hacerlo. Además, es necesario que todos lo sepan y por tanto, todos vayan en la misma dirección. Por eso los objetivos se deben comunicar a todo el personal. La comunicación se convierte en la clave principal para el éxito de los planes.
Por otro lado, hacer planes para el futuro permite utilizar los recursos disponibles, y los que se espera obtener, de forma eficiente. Por tanto, estas acciones se convierten en algo esencial para la supervivencia de la empresa. Así, al ser estos escasos y de uso alternativo, se pueden asignar a aquellas prioridades establecidas en los objetivos.
Requisitos de los objetivos
Los objetivos tienen una serie de requisitos que deben cumplirse y conviene conocer:
- Deben ser realistas: Esta es posiblemente la principal razón de ser. Un objetivo debe poder cumplirse, sino no tiene sentido.
- Deben ser coherentes: No pueden ser contradictorios unos con otros. No tiene mucho sentido querer expandirse en el mercado y a su vez tener un objetivo de ahorro en el departamento financiero.
- Deben poder medirse: Es decir, deben tener una forma de comprobar si se han conseguido. Por ejemplo, decidir que debemos crecer no es un objetivo. Si concretamos que queremos crecer un 3% o que queremos ser la segunda empresa en cuota de mercado sí lo sería.
- Deben suponer un reto: Es decir, dentro de ese realismo que mencionábamos, deben suponer una mejora de la empresa. Como todo en el mercado, esto conlleva un riesgo que se debe minimizar.
Tipos de objetivos
Los objetivos se pueden clasificar de muchas maneras. Nosotros nos quedamos con una sencilla y muy útil, no solo para la empresa, sino también cuando realizamos una investigación en cualquier materia:
- Objetivos generales: Estos son los genéricos, de manera que lo que plantean son directrices. Son las metas a largo plazo. Deben concretarse de forma clara, de manera que todos sepan hacia dónde ir. La visión de la empresa es el principal objetivo general.
- Objetivos auxiliares: Son aquellos que sirven de apoyo a los principales y son mucho más concretos. De esta forma, una vez sabemos dónde ir, toca elegir el camino y para eso se necesitan estos objetivos auxiliares o complementarios. Están expresados siempre en cantidades monetarias y tiempo de consecución.
Ejemplos de objetivos empresariales
Vamos a ver algunos ejemplos concretos de objetivos empresariales o de alguno que no lo es:
- Ser los líderes en la venta de patatas fritas. Estamos ante un objetivo general a largo plazo. Vemos que es medible (ser líderes). Realista, suponemos que somos ya uno de los mejores. Es coherente y supone un reto.
- Que las ventas crezcan un 5% en 2 años. Un claro objetivo específico, con una medida clara y un período de tiempo. Normalmente este objetivo podría ser complementario del anterior general.
- Ser multimillonario siendo hoy un trabajador con un sueldo medio bajo. Esto no es un objetivo, incumple sobre todo con el requisito de realismo. Por otro lado, tampoco es coherente ya que es muy improbable que esto suceda. Por supuesto, podemos tener un golpe de suerte, que nos toque un premio, pero no entraría dentro de la planificación de los objetivos de una empresa.