Guerra de precios
La guerra de precios es la situación en la que compañías rivales establecen precios significativamente inferiores a los que generalmente se cobran en la industria por cierto período de tiempo.
Las compañías, al bajar el precio de sus productos, hacen que estos se vuelvan más competitivos en relación a los de la competencia. Esto ocasiona que los clientes menos fieles a las marcas o empresas adquieran los productos más económicos. Además de los clientes que siempre están es busca de ofertas.
La guerra de precios puede iniciar porque alguna organización considera que los precios son demasiado altos o porque desea sumar cuota en el mercado. Generalmente, esta situación sucede en mercados en los cuales las industrias tienen un fuerte enfoque en los competidores, más que en los consumidores. Estos es, en mercados oligopólicos.
Objetivos de la guerra de precios
Uno de los fines de esta acción es debilitar a los competidores disminuyendo su nivel de ventas. Es decir, llevarlo a un nivel tal en el que el otro no pueda continuar la lucha.
De igual forma, algunos jugadores del mercado pueden intentar ganar una cuota mayor utilizando la fijación agresiva de precios. Esto se lleva a cabo teniendo en cuenta las pérdidas potenciales a corto plazo.
Asimismo, la gerencia podría tener información de que al disminuir los precios se estimularán las ventas de forma significativa. Consecuentemente, los beneficios de la compañía mejorarán.
Ventajas y desventajas de la guerra de precios
Durante la guerra de precios los consumidores se ven beneficiados de precios más bajos. Esto mejora su ingreso disponible para dedicar a otros productivos o consumir una mayor cantidad del mismo bien. Sin embargo, esto puede ocurrir solo en el corto plazo.
Mientras, las empresas pueden verse severamente afectadas. No necesariamente una disminución de los precios conlleva al aumento de las ganancias.
Finalmente, con la salida de empresas del mercado, a largo plazo los consumidores podrían verse afectados por una posible subida de precios. Al ser más reducido el mercado, las empresas tienen mayor posibilidad de manipular el precio de venta.
Durante este proceso, los gobiernos también pueden ver disminuidas sus arcas al recaudar menos impuestos.
Ejemplo de guerra de precios
Supongamos que existen dos empresas: Empresa A y empresa B. La Empresa A vende zapatillas a 50 euros y su costo de producción es de 30 euros. La Empresa B, más antigua, vende zapatillas a 50 euros y su costo de producción es de 35 euros. Asumiremos que los productos son homogéneos.
Supongamos, además, que la Empresa B, por ser más antigua, posee una mayor cuota de mercado. En este caso, la Empresa A puede estar motivada a comenzar una guerra precios para aumentar su participación en el mercado. ¿Hasta dónde estará dispuesta a llegar? Puede disminuir hasta 30 euros sin asumir pérdidas en su negocio. Sin embargo, la Empresa B podría estar dispuesta a participar de la guerra precios, aún con pérdidas porque su posición es más sólida.
Al final, si la contienda se extiende por mucho tiempo las empresas pueden ver severamente afectadas sus actividades.