Historia de las páginas web
El 23 de agosto de 1991 apareció la primera página web de la historia. Desde entonces, la red ha revolucionado el mundo y resulta inimaginable vivir sin páginas web.
Bien es cierto que la primera página web de la historia no tenía nada que ver con las nuevas páginas web, pues carecía de imágenes o vídeos, entre otras muchas cosas.
Con el tiempo, las páginas web han ido evolucionando y, gracias a ellas, es posible preguntar a los buscadores y obtener la información que necesitamos.
Orígenes de las páginas web
Internet tiene orígenes militares, pues hacia 1969, el Departamento de Defensa de los Estados Unidos puso en marcha una red denominada ARPANET para poder conectar a diversas universidades del país.
Estas comunicaciones trascendieron más allá del mundo académico y militar. Pero se hacía imprescindible una forma de comunicación y navegación más sencilla.
He aquí donde irrumpió el científico británico Tim Berners-Lee, quien prestaba servicios para la Organización Europea para la Investigación Nuclear. Berners-Lee logró crear una forma de comunicación basada en el hipertexto a la que bautizó con el nombre de World Wide Web (www).
Si bien es cierto, el científico inglés comenzó a profundizar en el desarrollo del lenguaje HTML y en los sistemas de direcciones URL en 1989, hubo que esperar hasta 1991 para que la primera página web viese la luz.
Cabe señalar que las primeras páginas web eran muy primitivas, sin menús intuitivos, ni vídeos, ni imágenes. Por otra parte, las páginas web solo funcionaban con el navegador World Wide Web de Berners-Lee y en los ordenadores NEXT.
Los navegadores y la explosión de las páginas web
Al navegador diseñado por Tim Berners-Lee le siguió Mosaic, compatible con Windows y Mac. Posteriormente, le seguiría el exitoso Netscape Navigator y ya en 1995 desembarcaría Internet Explorer de la mano de Microsoft.
Internet Explorer gozó de una gran aceptación, puesto que era compatible con el sistema operativo Windows. En vista de ello, Netscape optó por liberar su código fuente para crear Mozilla en 2004. Google haría lo propio en 2008, dando lugar al navegador Chrome.
A pesar del desarrollo de internet, de las páginas web y de los navegadores, la red no estaba al alcance de todos los bolsillos. Se consideraba una red de comunicación demasiado cara y lenta.
Pero, las compañías no tardaron en percatarse de las oportunidades que les brindaba el formato web. La triple w ofrecía a las empresas amplias posibilidades comerciales, por lo que en 1993 la cadena musical MTV o el periódico The Economist pusieron en marcha las primeras páginas web con fines empresariales.
A medida que surgían páginas web, se registraban manualmente, siendo el propio Tim Berners-Lee quien actualizaba el listado en los ordenadores de la Organización Europea para la Investigación Nuclear.
Llegado 1994, Berners-Lee puso en marcha el Consorcio de la WWW, que se ocupaba de los estándares de funcionamiento de las páginas web.
Los buscadores
Ante la llegada al mercado de cada vez más páginas web, surgieron robots que rastreaban Internet en busca de nuevas páginas. Así fue como, en 1993, surgió el primer robot web, conocido como World Wide Web Wanderer. Ahora bien, el honor de ser el primer buscador al uso le correspondió a Aliweb.
A medida que proliferaban las páginas web e internet se democratizaba, llegaron nuevos buscadores como Lycos, Yahoo, Excite, Infoseek o Altavista. Pero, en 1997, llegó el que sería el gran buscador por excelencia: Google.
De la web 1.0 a la web 3.0
Las web 1.0 permitían comunicarse a través de enlaces o bien por correo electrónico. Ahora bien, también surgieron los foros como nueva forma de comunicación. Sin embargo, la web 2.0 iría un paso más allá.
Así, a comienzos de 2002 emergió la web 2.0. De la mano de la web 2.0 surgieron los chats, vídeochats, blogs y la posibilidad de introducir vídeos, audio y comentarios. Todo ello constituyó el trampolín perfecto para redes sociales como Facebook y YouTube.
La web 3.0, pretende emplear lenguajes y procedimientos que brinden a los usuarios un internet más personalizado. Por tanto, a través de la web 3.0 se potencian las búsquedas personalizadas, se impulsan las redes sociales, se mejora la rapidez y se ofrece la posibilidad de conectarse a otros dispositivos.
Tampoco hay que olvidar que la web 3.0 ofrece una navegación más sencilla, la posibilidad de trabajar en la nube, el acceso a programas libres o herramientas de geolocalización.