Impuesto de sucesiones
El impuesto de sucesiones es un tributo que grava el conjunto de bienes y derechos que conforman la herencia de un fallecido y al que deben hacer frente sus herederos.
Este impuesto grava el incremento patrimonial que supone para los herederos del fallecido recibir sus bienes y derechos.
Es un gravamen que está dentro del derecho tributario pero también pertenece al derecho civil de familia, en particular al derecho de sucesiones.
El impuesto de sucesiones existe en gran parte de los países del mundo. Además, es relativamente importante en países europeos como Francia, Alemania, España, Bélgica o Dinamarca. También en países latinoamericanos como Argentina y Chile y en EEUU.
Cada país regula de una forma distinta este impuesto, convirtiéndole en progresivo y con características específicas cada uno.
¿Quién son los sujetos pasivos del impuesto?
Las personas que deben hacer frente a este impuesto son los herederos del fallecido y los herederos forzosos:
- En caso de que la persona fallecida haya dejado testamento, las personas que se encuentran en ese testamento, como sucesores, serán los sujetos pasivos del impuesto.
- En caso de que la persona fallecida no haya dejado testamento, las personas que la ley obliga a que sean los sucesores y, por tanto, los sujetos pasivos del impuesto, son, y por este orden: descendientes, ascendientes, cónyuge, familiares colaterales y por último el Estado.
Base imponible del impuesto
La base imponible del impuesto de sucesiones es el valor neto de los bienes y derechos que tenía el fallecido en el patrimonio a la hora de su muerte.
Esto significa el valor real. Si el fallecido tenía en su patrimonio un coche de 10 años de antigüedad, habrá que calcular su valor real en el momento del fallecimiento y ese será el que forme la base imponible del impuesto.
Base liquidable del impuesto
Una vez tenemos la base imponible hay que saber cual es la base liquidable.Es decir, hay que aplicar las reducciones o deducciones que indique la normativa al valor real o neto del bien que se vaya a heredar.
Por ejemplo, la legislación puede indicar que se tiene que deducir de la base imponible el 2% si el que hereda es un hijo.
En caso de que un hijo heredera un vehículo con un valor neto de 100 euros, la base liquidable sería el resultado de descontar el 2% de 100 euros, es decir 80 euros.
A esta base habría que aplicar el porcentaje correspondiente según cada normativa y la cantidad resultante de aplicar ese porcentaje sería el impuesto a pagar al Estado.
Ejemplo del impuesto de sucesiones
A fallece dejando a B (su hijo) un bien inmueble valorado en 1000 euros y unas obras de arte valoradas en 2000 euros.
Supongamos que la normativa indica que si es el hijo quién hereda tiene derecho a la deducción de un 10% y que la cuota tributaria es de un 20%.
- La base imponible sería=3000 euros (2000+1000)
- La base liquidable sería=2700 euros (3000*0,10=300 → 3000-300)
- La cuota tributaria sería=540 euros (2700*0,2)
El impuesto de sucesiones a pagar al estado sería de 540 euros.