Inversión privada
La inversión privada es aquella que realizan los agentes que no pertenecen al sector público. Así, se refiere particularmente a la adquisición de bienes de capital y otro tipo de activos con el objetivo de generar una ganancia en el futuro.
Es decir, la inversión privada es la que la realizan las personas particulares y las empresas. Dichos agentes entonces, destinan recursos para la producción, la cual se espera que reporte un beneficio monetario.
Cabe señalar que, a diferencia del gasto, la inversión privada no sirve para satisfacer una necesidad, sino que se estima que reporte un retorno en un periodo posterior.
Debemos señalar que la inversión privada podría no cumplir con las expectativas. Es decir, puede ser que el agente reporte pérdidas, por ejemplo, si inicia un negocio que al final no puede gestionar adecuadamente.
Tipos de inversión privada
La inversión privada puede clasificarse de distintas formas. Por ejemplo, según la volatilidad del retorno esperado puede ser:
- Bajo riesgo: En este caso, el inversor prefiere una rentabilidad esperada de baja volatilidad. Es decir, tanto las ganancias como las pérdidas máximas son bajas. Por ejemplo, tenemos el caso de los fondos de inversión de bajo riesgo que adquieren instrumentos de renta fija en el mercado financiero.
- Mediano riesgo: La rentabilidad esperada no es muy alta ni muy baja. Por ejemplo, un fondo de inversión moderado (que combina renta fija y renta variable).
- Alto riesgo: El inversor apuesta por una inversión o negocio que puede generar una alta rentabilidad, pero también implica un gran riesgo. Este es el caso, por ejemplo, de una empresa financiera que decide entregar préstamos a individuos con perfil de alto riesgo. Es decir, existe una gran probabilidad de incumplimiento. Por esto último, el prestamista tendrá que cobrar un tipo de interés muy por encima del promedio del mercado, para compensar aquellos créditos que no podrá recuperar.
Asimismo, la inversión privada puede clasificarse por el horizonte en el que se espera el retorno. Si es de menos de un año, es de corto plazo. Pero si nos referimos a un lapso de entre uno y cinco años suele considerarse de mediano plazo. En tanto, para un periodo mayor a cinco años se considera de largo plazo.
Esta clasificación suele vincularse con la explicada líneas arriba porque, a mayor plazo de inversión, mayor es el riesgo en el que se está incurriendo.
Inversión privada y Gobierno
La evidencia demuestra que es clave que desde del Estado se apoye la inversión privada. Si desde las constitución y las leyes se asegura el respeto a la propiedad privada y existe estabilidad en las normas, los inversores se sentirán con más confianza para desarrollar sus negocios.
Otro aspecto importante es que para los proyectos de gran envergadura se convoque a los particulares, por ejemplo, a través de las asociaciones público-privadas. Bajo esta modalidad, se suelen utilizar recursos de empresas para desarrollar una obra de infraestructura u ofrecer un servicio público.