Proceso de toma de decisiones
El proceso de toma de decisiones es aquel en el que se escoge una determinada opción entre las existentes.
Tomar una decisión no es algo sencillo, y para que se pueda llevar a cabo este proceso, es necesario tener una serie de opciones y conocer al máximo todo lo que entraña cada alternativa.
Eso ayudará a saber, o al menos estar más próximo a conocer lo que puede suceder si se escoge una opción u otra.
Los procesos de toma de decisiones son muy habituales en cualquier ámbito. Tanto en el entorno empresarial como en la vida cotidiana es necesario hacerlo.
Un proceso de toma de decisiones conlleva una serie de fases o etapas para poder escoger finalmente la opción más adecuada para cada caso.
Fases del proceso de toma de decisiones
Estas son las principales:
- La existencia de un problema: Si hay que tomar una decisión es porque existe un problema sobre el cual es necesario actuar. Por lo tanto, hay que identificar ese problema y desgranarlo para empezar a saber su magnitud, de que se trata, qué aspectos conlleva y cómo se puede enfrentar una persona ante él.
- Los criterios que se van a seguir para tomar esa decisión: A nivel empresarial se deberán establecer unas pautas para ello, para tomar la decisión más acertada. Por ejemplo, en algunas empresas se establecen protocolos a seguir que después se utilizan para tomar las decisiones, si se quiere realizar una inversión en publicidad se valoran una serie de criterios, cifras, estudios de mercado, entre otros aspectos. Si es a nivel individual, radica en uno mismo el hecho de escoger esas opciones para finalmente tomar una decisión concreta.
- Priorizar criterios: Esto es algo que hay que hacer para ir descartando opciones. Siempre habrá algo que prevalezca sobre otra cosa. Por ejemplo, si vas a comprar una casa, has de establecer una serie de criterios, el tamaño, la distancia al trabajo, si tiene patio, si necesita reformas, o el presupuesto. Posteriormente se han de ir ordenando esos criterios para ir seleccionando y descartando casas en función de las que se vayan viendo y se ajusten más a aquellos criterios preferentes.
- Analizar cada una de las alternativas: Ante un problema se pueden presentar diferentes soluciones, y lo ideal es establecer lo positivo y negativo de ellas, las habilidades, fortalezas, y lo que se puede conseguir con cada una de ellas. Suelen ser juicios de valor, pero en ocasiones hay datos objetivos que nos dan mucha claridad.
- Seleccionar una opción: Tras haber llevado a cabo las fases previas, se toma una decisión. Habrá que implementarla, y posteriormente evaluar lo que se consigue con la puesta en práctica de esta para saber si es acertada, o bien hay que hacer algún tipo de modificación para mejorar.