Yankee
La palabra yankee o yanqui es un término utilizado para hacer referencia a cualquier persona o elemento proveniente de Estados Unidos. En algunos países suele tener una connotación despectiva.
Es decir, yankee puede ser usado como sinónimo de estadounidense, siendo una simple categoría o adjetivo más.
Sin embargo, en algunos países de América Latina, yankee suele tener un sentido negativo. Así, se construyen afirmaciones como: «El gobierno yankee quiere invadirnos». Es decir, se asocia a un sentimiento en contra de los estadounidenses.
En contraste, cabe acotar que en España y Gran Bretaña el término sirve simplemente como un gentilicio, como en la siguiente oración: John es «yankee» pues nos contó que es de Nueva York.
Origen de la palabra yankee
El origen de la palabra yankee es algo confuso y se estima que apareció entre el siglo XVII y el XVIII. En esa época, muchos holandeses habían migrado a la colonia de Nueva Inglaterra (región conformada por los actuales estados de Maine, New Hampshire, Vermont, Massachusetts, Rhode Island y Connecticut). Al parecer, muchos de estos holandeses se llamaban Juan, Jan o Ian en holandés, y de esa raíz se agregó un sufijo, derivando en «yankee».
El escritor Robert Graves sugiere que «ianki» era un vocablo comanche (tribu nativa) que significaba cobarde. Posteriormente, los colonos se habrían apropiado de esa palabra porque les habría gustado como suena.
Durante la Guerra de Secesión (1861-1865), el vocablo se hizo muy popular. Para los confederados (el sur), los «yankees» eran los soldados y, en general, los que habitaban los estados del norte (que abogaban por la abolición de la esclavitud).
Imperialismo yankee
Como mencionamos anteriormente, el término «yankee» puede utilizarse para señalar despectivamente lo estadounidense. Esto, particularmente para cuestionar la influencia de EEUU en otros países, en lo político, social y económico.
Se suele, por ejemplo, cuestionar las intervenciones del gobierno estadounidense en Medio Oriente. Además, también se hace referencia a los tratados comerciales entre EE.UU y países en vías de desarrollo (particularmente en América Latina), los cuales perjudicarían a los segundos en favor de los primeros. Todo ello formaría parte de las prácticas del imperialismo «yankee», afirman algunos sectores de la opinión pública.
En ese sentido, debemos recordar que el imperialismo económico consiste en que, por medio de un condicionamiento, una nación influye en las decisiones que se dan en otra. Por ejemplo, el gobierno del país A ofrece realizar una inversión en el país B, pero este último debe comprometerse a efectuar reformas económicas como rebajar el gasto público.