Se espera un débil crecimiento financiero a nivel mundial en 2016, debido a los conflictos regionales y al alza de la tasa de interés recientemente emprendida por la Reserva Federal de Estados Unidos. De hecho, el país norteamericano se estima que crecerá un 2,7% y las naciones de la eurozona un 1,7 %.
El crecimiento económico de América Latina en 2016 va a ser nulo, según afirma el Banco Mundial (BM) en su informe de Perspectivas Económicas Mundiales, tras un periodo de contracción del 0,9% en el año anterior; no obstante, la anterior proyección de la entidad sobre la región reflejaba una expansión del 1,5% para el presente año. El BM también asegura que el subcontinente americano experimentará una recuperación moderada a medio plazo, concretamente del 2,3% en 2017.
Los datos económicos por el BM corroboran los ya anunciados por el Fondo Monetario Internacional (FMI), que, contando con la participación de su directora gerente, Christine Lagarde, asegura que 2016 será decepcionante; no hay que olvidar en este sentido que las proyecciones emitidas por el BM y el FMI, en cuanto al crecimiento de 2015, fueron superiores a los resultados posteriores dado el impacto del desplome de la energía y de las materias primas.
Motivos y consecuencias para América Latina
La explicación de la situación económica existente en América Latina se basa en varios factores. En primer lugar, por la debilidad del crecimiento mundial, que ha repercutido en los flujos comerciales de la zona y, en segundo, por la fortaleza del dólar y la anticipación de la subida de tipos en Estados Unidos, que han afectado de manera directa a la inversión en estos países. Además, las tensiones geopolíticas actuales, junto con la volatilidad del sistema financiero, han formado un verdadero tsunami para el desarrollo de la actividad económica del área latina.
Así las cosas, los pronósticos revelan que Brasil continuará atrapada en su recesión, con una contracción que se estima del 2,5% en 2016, aunque se espera un regreso al crecimiento en 2017, concretamente del 1,4%.
Por su lado, la crisis de Venezuela originará otra disminución del 4,8% para el presente año; es más, a la caída drástica de los productos básicos y de la energía que se vive en este país, se une el efecto del fenómeno meteorológico de El Niño. En cuanto a México, repuntará del 2,5% a una media del 3% entre 2016 y 2018, puesto que «se reanudará el crecimiento gracias a los dividendos de la implementación de las reformas estructurales y al fortalecimiento de la demanda del mercado de Estados Unidos», añade la entidad financiera.
La institución también señala que tanto Brasil como Venezuela se verán afectados por la «incertidumbre política», es decir, son países que ya se enfrentan a numerosas dificultades por su escaso desempeño económico y por las crisis gubernamentales. Con todo, una de las mayores preocupaciones del BM al respecto es que esta moderación del crecimiento económico en los países emergentes influya de manera negativa en los resultados de los países en desarrollo; de ahí su interés por proteger a las economías más vulnerables.