Una de las muchas consecuencias de la última crisis es que, cada vez, el consumidor es más precavido a la hora de hacer la compra. Especial atención merece el gasto en alimentos, imprescindible para satisfacer las necesidades básicas. Por ello, muchos consumidores tratan de buscar ofertas, comparan precios, buscan productos de calidad y tratan de encontrar los supermercados más económicos.
Son muchos los paneles de consumo que tratan de estudiar los hábitos de compra del público. Las empresas invierten importantes recursos tratando de explicar cómo distribuyen sus gastos los consumidores y cuáles son los motivos que les impulsan a comprar una serie de productos. Para ello, toman una muestra representativa de una población, la estudian y tratan de extraer unas conclusiones. En este tipo de estudios se tienen en cuenta aspectos como la política de precios, las ofertas, el impacto de la publicidad, la proximidad geográfica, la introducción de productos nuevos o la gestión de categorías por productos.
¿Por qué preferimos los supermercados?
Pues bien, entre estos numerosos trabajos de investigación de mercados, cabe mencionar el estudio de la Fundación Mapfre, que determinó que los consumidores españoles dedicaron entre 150 y 450 euros mensuales para la cesta de la compra en 2017. Si comparamos esta cifra con el año 2015, supone un ligero incremento.
No obstante, los efectos de la crisis económica aún siguen presentes en la ciudadanía que, cada vez, desperdicia menos alimentos y busca estrategias para reducir los gastos en alimentación. Por todo ello, son cada vez más los consumidores que comparan precios, buscan ofertas y valoran la calidad del producto. De ahí que exista una gran competitividad entre las distintas cadenas de supermercados que operan en España.
Cuestión de proximidad, precios y calidad
Teniendo en cuenta la horquilla del gasto medio de los españoles, cabe plantearse la siguiente pregunta: ¿En qué tipo de establecimientos gastamos nuestro dinero?
Para ello tendremos que consultar otro estudio. Estamos hablando de la Encuesta de Hábitos de Consumo del año 2018. Elaborada por Mercadona y asociaciones de consumidores como CECU, FUCI, UNAE y Cauce, toma una muestra de 3.100 personas para determinar las pautas de consumo del público.
Si algo podemos sacar en limpio de este estudio es la predilección de los consumidores por los supermercados. Y es que, el 62% de los usuarios eligen los supermercados para realizar sus compras, mientras que el 17% opta por los hipermercados y el 15% se decanta por el pequeño comercio. Prueba de ello es la proximidad de los supermercados, pues están estratégicamente ubicados en los barrios. Un segundo factor a tener en cuenta son los precios asequibles y las numerosas ofertas que podemos encontrar en estos establecimientos. Y por último, los productos y marcas de calidad de los productos disponibles en los supermercados.
Sabiendo las cantidades destinadas a la cesta de la compra y el tipo de establecimientos en los que el consumidor efectúa mayoritariamente sus compras, hay que preguntarse qué tipo de alimentos prefieren los consumidores y por qué. Así pues, el público se decanta por productos frescos y de calidad, dado que un 96% prefiere productos cárnicos frescos y un 73% sigue inclinándose a favor de la compra de pescado fresco.
Los precios dependen de la zona geográfica y de las cadenas de supermercados
Como anteriormente decíamos, las consecuencias de la crisis aún están presentes en los hábitos de compra del consumidor, que trata de ahorrar en su gasto en alimentación. Con un sector tan competitivo como el de los supermercados, donde son numerosas las cadenas y los establecimientos que se extienden por toda la geografía española, se hace difícil dar con el establecimiento más económico.
Por ello, es importante saber que, comprar en los establecimientos adecuados, puede llevarnos a ahorrar hasta 909 euros anuales. Desde Economipedia vamos a dar algunas orientaciones para que el público encuentre el establecimiento que más se adecúa a sus necesidades.
Elige una cadena de supermercados con precios asequibles
Un primer consejo a la hora de elegir una cadena de supermercados en la que comprar, sería decantarse por las cadenas locales. Por lo visto, las cadenas locales de supermercados, según el último informe de la OCU, disponen de los precios más económicos.
Es más, DANI, que es considerada la cadena más barata, también resulta ser la más asequible a la hora de comprar productos frescos. Continuando con DANI, una vez más, su supermercado de Granada ha tenido el honor de ser el más barato de España. Sin embargo, encontramos un problema con este tipo de cadenas de supermercados, pues no disponen de establecimientos en todo el territorio español.
Si pasamos a valorar las cadenas de supermercados a nivel nacional, los más económicos serán en el siguiente orden Alcampo, Mercadona y Carrefour. La política de precios de Mercadona, combinada con la buena ubicación de sus establecimientos le está brindando excelentes resultados. No obstante, en las grandes ciudades, al estar presente Alcampo, ésta se presenta como la opción más económica. Por el contrario, El Corte Inglés y Ulabox se consolidan como las opciones más caras.
La ciudad en la que compras también importa
Ahorrar dinero no solo depende de la cadena de supermercados que elijamos. En las grandes ciudades, al existir una enorme oferta, encontramos una gran variabilidad de precios y una fortísima competencia. Esto ocurre en ciudades como Madrid o Barcelona. En la ciudad condal la diferencia de precios nos puede llevar a una variación de 1.547 euros en la cesta de la compra. Muy diferente es en lo que ocurre en pequeñas ciudades como Puertollano (Ciudad Real), donde la diferencia de precios no es tan acentuada y se sitúa en una horquilla de 257 euros. Esto se explica por una menor oferta y por una menor competencia en lo que a precios se refiere.
Así pues, como consumidores debemos ser conscientes del tipo de cadena de supermercados que elegimos y del lugar que elegimos para comprar. Prestar atención a estos dos factores puede ayudarnos a ahorrar unos cuántos euros.
Consejos para ahorrar en la cesta de la compra
Hay una serie de consejos, recomendaciones o trucos que nos ayudan a la hora de ahorrar en nuestras compras en el supermercado. Se trata de una serie de hábitos o prácticas que, a largo plazo, notaremos en nuestros bolsillos.
Haz la lista de la compra
En primer lugar, hacer una lista de la compra, previendo nuestras necesidades reales, puede ser de gran ayuda para evitar que compremos cosas que no necesitamos. Por otro lado, no desperdiciar alimentos también será fundamental a la hora de reducir el gasto en compras.
Revisa los folletos de ofertas
Echar un vistazo al folleto de los supermercados en los que habitualmente compramos también puede ayudarnos a reducir el gasto. De este modo, podremos beneficiarnos de interesantes descuentos o de promociones que, tal vez, se adapten a nuestras necesidades. También es importante prestar especial atención a los precios de los productos frescos a última hora del día, pues es posible que su valor sea rebajado.
Ofertas de fidelización
Acudir a comprar al mismo supermercado suele tener premio. En este sentido merecen especial relevancia las ofertas y descuentos por fidelización que se ofrecen a los clientes habituales.
Comprar a granel
Una opción interesante es la compra a granel. Al comprar a granel los precios son menores y podemos controlar la cantidad exacta que deseamos adquirir. Es un hecho que comprar bandejas de pescado o de carne es una opción más cara y puede llevarnos a tirar comida que no necesitábamos. Tampoco hay que olvidar el precio por kilo, dado que será de gran utilidad a la hora de conocer el verdadero valor de los alimentos en lugar de fijarnos en el precio por envase.
Productos con fecha de caducidad cercana
En cuanto a las fechas de caducidad, existen importantes descuentos para aquellos productos que están a punto de caducar. No obstante, hay que tener en cuenta la estrecha franja de tiempo que tenemos para consumir estos productos antes de que caduquen.
Si acudimos al supermercado cuando estamos hambrientos existe una gran posibilidad de que dejándonos llevar por nuestro apetito, compremos muchos más alimentos de los que necesitamos. Y no nos olvidemos de lo que puede suponer ir acompañados por niños. Éstos son mucho más fáciles de sugestionar por las herramientas del marketing, quedando fácilmente seducidos por productos poco sanos pero muy llamativos como pueden ser las patatas fritas o la bollería industrial.