Donald Trump sube, nuevamente, los aranceles a los productos Chinos. El presidente, ante el deterioro que está sufriendo la balanza comercial en el país, ha echado un nuevo pulso a China que ha hecho saltar las alarmas en Wall Street ante el rebrote de la guerra comercial.
Durante el día de ayer, el Presidente Donald Trump hizo efectivo la imposición de nuevos aranceles a la economía asiática. Un nuevo rebrote de la guerra comercial que se traduce en la nueva imposición de 200.000 nuevos millones de dólares en aranceles a productos de origen Chino. Los aranceles pasarán de aplicar un 10% a un 25%. Lo que supone un incremento de un 150% y con los que se espera recaudar más de 100.000 millones de dólares. Así lo comunicó el Presidente, el pasado miércoles, a través de su cuenta de Twitter.
Over the course of the past two days, the United States and China have held candid and constructive conversations on the status of the trade relationship between both countries. The relationship between President Xi and myself remains a very strong one, and conversations….
— Donald J. Trump (@realDonaldTrump) 10 de mayo de 2019
Un rebrote en las tensiones comerciales que reabre, nuevamente, las tensiones comerciales entre ambas economías, propiciando así una mayor longevidad del bloqueo comercial que está provocando el enfrentamiento por el comercio global. Por parte del Presidente de los Estados Unidos y principal interesado, a la vez de beneficiado, en esta guerra, no hay prisa por dar solución, ya que como ha comunicado a través de su cuenta de Twitter, nuevamente, China está pagando los impuestos que debe pagar.
Tras el comunicado lanzado por Donald Trump el pasado miércoles, las bolsas se vieron inmersas en el rojo generalizado. Durante la jornada del miércoles, los principales índices de Wall Street cerraban la jornada en negativo. Concretamente, en el caso del Dow Jones, este sufrió un decremento del 0,25%, el Nasdaq, principal índice tecnológico en el país, se dejaba otro 0,50%, mientras que en el caso del S&P, este bajó un 0,45% durante la jornada bursátil.
En China, los mercados tampoco mostraron comportamientos más optimistas ante las declaraciones emitidas desde Washington. Durante la misma jornada, la bolsa de Shanghái se dejaba un 5,58%, el peor registro a la baja de los últimos tres años. Como se puede observar, los inversores, ante los nuevos riesgos arancelarios y la prolongación del bloqueo comercial, la cual, desde la Organización Mundial del Comercio (OMC), se penaliza gravemente como un gran lastre para el crecimiento económico.
Riesgos y mas riesgos
Según el organismo, como ya pudimos observar en el último análisis sobre el comercio global en Economipedia, el comercio global es un gran agregado al producto interior bruto (PIB) Mundial. Muchos países como China o Alemania, así como muchas economías emergentes, poseen una gran dependencia del comercio exterior. Además, si medimos la contribución que realiza el comercio al crecimiento económico, podemos ver la gran importancia del mismo.
A los riesgos de guerra comercial también debemos sumarle otros conflictos diplomáticos como el Brexit. La incertidumbre que ha generado el proceso separatista en Reino Unido y la falta de entendimientos entre partes, ha acabado por lastrar los flujos de inversiones entre países de la zona euro y el territorio británico, así como el intercambio de mercancías, del que muchas economías temen una paralización si no se encuentra una salida de forma estructurada.
Como podemos observar, el deterioro que está sufriendo el balance de riesgos a nivel global es bastante pronunciado. Ante un escenario como el actual, donde la economía se rescinde de una forma avanzada, añadir más riesgos a la economía podría empeorar el escenario, intensificando la desaceleración que se espera para los próximos trimestres en la economía global.
Un escenario delicado
Muchos economistas no quieren hablar de desaceleración. Incluso hay ciertos líderes políticos a los que la desaceleración les parece una moderación leve en los crecimientos, pero que, sin influir en la economía, estos seguirán impulsándose en los próximos años. La desaceleración es real y así lo muestran muchas macromagnitudes, y para poner un ejemplo, la actividad industrial o la actividad en el sector automovilístico.
Una desaceleración que, aunque los datos del primer trimestre para los principales bloques económicos no haya arrojado resultados negativos, los indicadores adelantados, como hemos dicho, si capacitan la posibilidad de vislumbrar una clara desaceleración a nivel global, más pronunciada en Europa, y que, a su vez, ha sido advertida por los principales organismos. Como digo, la economía, a nivel generalizado, durante el primer trimestre, se ha comportado a un ritmo bastante óptimo.
En el caso de la Zona del Euro, esta ha duplicado su crecimiento, situando los registros en el 0,4%. Por otro lado, Estados Unidos ha logrado posicionarse, nuevamente, en el 3,2%, además de los buenos registros en la tasa de desempleo, la cual se situó en niveles de 1970, con un 3,6%. En el caso de China, la economía, la cual se preveía que iba a moderar sus crecimientos por debajo del 6%, esta logró superar los pronósticos, impulsándose en una de las mayores rebajas fiscales de la historia. Una rebaja que fue producto de una maniobra del gigante asiático para contrarrestar los efectos de la guerra comercial y no incurrir en contracciones del PIB, dado el peso de la demanda exterior en su economía.
Falta de voluntad y liderazgo
Sea como sea, la economía está viéndose penalizada por un conjunto de incertidumbres que provocan un alto grado de inestabilidad mundial. Los principales países de la zona euro, Estados Unidos, China, así como casos como el de Reino Unido o Venezuela, hacen que el escenario político a nivel internacional influya, más que nunca, en el escenario económico.
Como decía el profesor Gay de Liébana, estamos ante una falta de liderazgo político a nivel mundial. El cooperativismo, mediante el cual animaban a apoyarse en él, desde el Fondo Monetario Internacional (FMI), para provocar mayores crecimientos, más sostenibles e inclusivos, se encuentra más deteriorado que nunca. Aunque Trump afirme que la guerra comercial es una negociación, los aranceles ya están aplicados y los impactos en la economía ya se están materializando.
No podemos seguir en situaciones donde la economía se vea bloqueada por razones políticas y la actitud de los mismos líderes sea la de mostrarse impasibles ante las ocurrencias a nivel internacional. La economía necesita volver a una normalidad, en la que las tensiones, así como todos aquellos lastres y escollos, con los que convive actualmente, desaparezcan, dotándola de un mayor dinamismo, completamente necesario para crecer de forma sostenible y, más importante aún, con un proyecto de futuro.
Los productos chinos cubrían, por sus precios, las necesidades de la clase media y baja. Éste impacto es directamente sobre su capacidad adquisitiva pues los precios subirán.
Estimo necesaria una compensación impositiva.