Con Estados Unidos como gran potencia mundial, el dólar se consolidó como la principal divisa mundial. Sin embargo, no siempre fue así, pues durante varios siglos, el real de a ocho español fue la gran moneda de referencia a nivel internacional.
A lo largo de la historia, la economía y las monedas en particular, han sido claves en el desarrollo de las sociedades. Gracias a las monedas era posible pagar los salarios de colosales ejércitos, comerciar con lejanas naciones y pueblos o comprar voluntades mediante los tristemente conocidos sobornos. Y es en este capítulo histórico de las monedas donde España jugó un importantísimo papel.
Si las monedas italianas habían sido preponderantes en el comercio durante la Edad Media, hacia 1497, el Imperio español acuñó una moneda que sería la gran protagonista en el comercio internacional. Estamos hablando del real de a ocho, que alcanzaría una importancia que nada tiene que envidiar a la libra en tiempos del Imperio británico o al actual dólar estadounidense.
Así, el real funcionó como referencia comercial al tiempo que sirvió para sufragar la expansión de las potencias europeas por otros continentes. De hecho, muchas otras monedas se inspiraron en el real de a ocho español. Estamos hablando de divisas como los dólares de Estados Unidos y Canadá, las monedas de los países latinoamericanos, la moneda filipina o incluso el yuan chino.
Una moneda de gran pureza
«El real sería una moneda de plata que infundía gran confianza, pues su pureza era nada más y nada menos que del 93%.»
Debido a que la plata era imprescindible en la economía del Imperio español, el real se convirtió en el gran pilar de su economía. Gracias a las minas de plata descubiertas en el continente americano, el Imperio español dispondría de plata suficiente para acuñar reales de a ocho. Aquí resultarían claves los descubrimientos del metalurgista español Bartolomé de Medina, que facilitaron considerablemente la extracción de la plata.
Así pues, con el descubrimiento del Nuevo Mundo, el Mediterráneo ya no sería la principal zona comercial. Todo ello provocó el declive de las monedas italianas, que habían sido protagonistas en la Edad Media y contribuyó a aupar al real como principal moneda.
Precisamente al tratarse de una economía mercantilista, basada en la acumulación de metales preciosos, el real sería una moneda de plata que infundía gran confianza, pues su pureza era nada más y nada menos que del 93%. También ayudaría en su adopción que era una moneda libre de impuestos en el transporte y que, debido a su alto contenido en plata, no era necesario volver a acuñarla.
Si bien el real comenzó produciéndose únicamente en España y en las posesiones del Imperio en América, con el tiempo terminaría acuñándose en remotos lugares como China, la isla de Ceilán (actualmente Sri Lanka) o en zonas de África como Sudán y la isla de Zanzíbar. De hecho, se calcula que un tercio de los reales de Europa fueron reacuñados en Holanda, Francia e Inglaterra.
El real de a ocho, el gran elemento clave del comercio internacional
«El comercio fue determinante en la adopción del real de a ocho, siendo introducido por los comerciantes europeos en sus transacciones con el Imperio Otomano y con los países árabes.»
Ya sabemos que el real de a ocho era una moneda que aportaba gran seguridad debido a su altísimo contenido de plata, pero, ¿cómo se expandió por todo el mundo? ¿Cuáles fueron las causas que hicieron del real una moneda planetaria?
El comercio fue determinante en la adopción del real de a ocho, siendo introducido por los comerciantes europeos en sus transacciones con el Imperio Otomano y con los países árabes. Su expansión fue más allá de Oriente Próximo y los comerciantes de diversas naciones europeas lo llevaron a zonas como China y la India. Tan demandado era el real de a ocho que, quien desease hacer negocios en China e India debía portar reales, ocurriendo esto inluso en pleno siglo XIX.
Mientras el real tenía una gran acogida en los intercambios comerciales en América y Asia, también pasó a convertirse en la gran moneda de la economía del continente africano.
Incluso cuando España ya no era la gran potencia mundial, en Oriente se mostraron reacios a adoptar monedas de nuevo cuño. Así, cuando Gran Bretaña se erigió como una de las principales potencias políticas y comerciales, tuvo que adoptar el real de a ocho, pues los territorios donde se empleaba el real mostraban grandes reticencias a la hora de adoptar la libra.
Efectivamente, el comercio facilitó en gran medida la expansión del real de a ocho, pero también los saqueos perpetrados por holandeses e ingleses contribuyeron a que el real de a ocho fuese adoptado a nivel mundial.
Influencia en otras monedas
«El llamado Spanish Dollar parece estar detrás del famoso diseño del dólar con una S atravesada por dos barras verticales.»
Anteriormente mencionábamos que el real de a ocho había tenido una gran influencia en el desarrollo de otras monedas, como ocurrió con el dólar estadounidense. Pues bien, después de que Estados Unidos batallase con Gran Bretaña por su independencia en el siglo XVIII, el país necesitaba una moneda legal para su economía. Debido a que se acuñaban más reales en México en un mes que en Europa en todo un año, los estadounidenses decidieron introducir el real de a ocho como su moneda de curso legal.
La ausencia de monedas autóctonas provocó que los estadounidenses depositasen su confianza en el real hasta el año 1857, cuando Estados Unidos dispuso de su propia moneda. Más aún, el llamado Spanish Dollar parece estar detrás del famoso diseño del dólar con una S atravesada por dos barras verticales. Así, hay quienes sugieren que las barras se tomaron de las columnas de Hércules que figuraban en la moneda del real, mientras que la S tiene su origen en la palabra Spanish (español).
El impacto del real de a ocho en la economía estadounidense iría más allá de la simbología y terminaría trascendiendo a la bolsa. He aquí el caso de la bolsa de Nueva York, donde hasta 1997 se tomaba el octavo de dólar como indicador ante el valor de las acciones de las compañías cotizadas.
Una historia muy interesante, pues como puede observarse, hablamos de una moneda española que dio la vuelta al mundo. Una moneda que conquistó a los gobernantes de la época más allá de las fronteras españolas, sentando un precedente, como vemos, para monedas tan importantes como el dólar, siendo esta última la moneda más importante en todo el mundo a día de hoy.