Como cada año, el Foro Económico Mundial celebrado en Davos se ha desarrollado poniendo como referencia en la agenda económica global al pequeño pueblo de montaña suizo. Aunque la reunión haya sido definida por muchos expertos cómo la reunión más descafeinada y más económica de la historia del Foro, este nos ha dejado unas reflexiones y unas recetas clave para la mejora de la sociedad, la economía y el bienestar de los países.
Siendo común todos los años, el foro de Davos ha recogido, como en cada edición, a los principales líderes políticos, empresariales y sociales del planeta. Sin embargo, las críticas —por llamarlo de alguna forma— hacían alusión a la destacable ausencia del Presidente de los Estados Unidos, Donald Trump. Pues no ha podido acudir a la cita anual del Foro Económico Mundial por la paralización del Gobierno en el país.
También se echó en falta la ausencia de otros grandes líderes políticos, esta vez europeos. La primera Ministra Británica, Theresa May, por encontrarse en plenas —y muy duras— negociaciones de Brexit en la Cámara de los Comunes, así como Emmanuel Macron, Presidente de la República francesa, inmerso en la crisis de los chalecos amarillos, tampoco pudieron acudir a la cita.
Como vemos, unas ausencias destacables, pero que no impidieron la realización del histórico encuentro que, como en cada edición, trata de poner en el foco de atención global los problemas que atraviesa nuestro planeta y las recetas para corregirlos. Entre los casi 3.000 asistentes, tampoco se pudo ver al reciente Presidente México, Andrés Manuel López Obrador (AMLO), el cual delegó la asistencia en sus funcionarios de la Hacienda Pública.
En general, un foro que, pese a las ausencias, contaba con un revuelo de tensiones y grandes retos a los que se enfrenta la sociedad y la economía en los próximos años. Grandes retos, como el Brexit o las propias tensiones comerciales de China y Estados Unidos, que hacían del Foro de 2019 uno de los más deseados y expectantes entre los celebrados en estos últimos años.
Grandes retos por delante
Aunque el Foro de Davos se celebraba bajo el nombre de “Globalización 4.0”, para los expertos y líderes que se congregaban en Davos habían otros temas que, bajo su consideración, tenían prioridad. Aunque la eliminación de las tensiones políticas se pueden aglutinar dentro de dicho lema, estas primaron en casi todos los debates y conferencias que se impartieron.
También estuvo muy presente el Fondo Monetario Internacional (FMI). El organismo presidido por Christine Lagarde tampoco se quedó atrás. La ex Ministra de Economía francesa también señaló los grandes riesgos a los que se enfrenta la economía global, a la vez que hizo públicos los nuevos reajustes en las previsiones de crecimiento de los países que conforman el planeta, así como en su conjunto.
Para el organismo, así como para los principales líderes políticos, la economía global se encuentra en una encrucijada. Las tensiones y las malas relaciones diplomáticas y comerciales están dando lugar a la desaparición de una cordialidad que proyectaba buenos crecimientos para el futuro de nuestra economía. Sin embargo, estos se han estado mermando por el auge de los movimientos separatistas y los sensacionalismos proteccionistas.
Durante esta intensa, a la vez de interesante, semana, el Foro de Davos puso el foco en la necesidad de una cooperación internacional que reactivase esos multilateralismos que defienden un crecimiento de la economía generalizado e inclusivo. Las bases asentadas en Bretton Woods, ante la aparición de estos movimientos, están perdiendo fuerza. Por estas razones, desde el Foro, se pidió una mayor cooperación e integración a nivel global.
Crecimiento inclusivo como base de crecimiento
Otro de los principales temas, como indicaba el lema bajo el que se celebraba esta cuadragésimo novena edición, fue la globalización que está experimentando el planeta y cómo los países se encuentran cada vez más conectados entre sí. Una globalización que no deja —ni debe dejar, según Davos— a nadie atrás. Para el Presidente del Foro Económico Mundial, Klaus Schwab, la globalización económica debe traer consigo la inclusión de todos los países del planeta.
En un mundo cada vez más global y conectado, dejar atrás a determinados países con el único fin de favorecer a unos pocos es el peor error que podemos cometer. Así lo destacaron en las diversas conferencias que se impartieron, pues el nuevo crecimiento económico debía darse de una forma generalizada y, más importante aún, de forma inclusiva. De esta forma podremos vivir en un mundo cada vez más justo y equitativo.
Estos asuntos también iban muy ligados a los auges separatistas que se han dado en lugares como Reino Unido o Cataluña. Desde el foro se centró mucho la mirada en estas tensiones secesionistas, animando a los países a una cordialidad que pusiese fin a este tipo de sucesos, pues solo agravan el contexto político y económico. Para restarle peso, la Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, animó a los ciudadanos a sentir el patriotismo nacional, pero sin olvidar que somos ciudadanos de un mundo globalizado.
Con motivo de esto, y como hemos indicado, el foro destacó la importancia de las personas como foco principal, creando una economía que fuese lo más justa posible para todas. El Fondo Monetario Internacional destacó la necesidad de esto, pues actualmente aún existen 30 millones de personas en el mundo en situación de esclavitud. Por ello, animó a trabajar juntos en base a una cooperación global que, por otro lado, ha sido la causante de la duplicación que ha experimentado el PIB mundial desde el 1990 hasta hoy.
Sostenibilidad, automatización y empleo
Además de los temas anteriormente mencionados, otros temas a tratar fueron los relacionados con la revolución tecnológica y la digitalización. Según los expertos que allí disertaron, la robotización y la digitalización son una realidad. Por ello, los expertos advirtieron de la necesidad de unos modelos formativos basados en el aprendizaje permanente.
La forma de hacer las cosas, así como los hábitos de vida y consumo, están experimentando un cambio disruptivo. Pero no por ello debemos temer a la automatización, sino que, con la evolución, los modelos formativos, así como los empleos, deben sufrir una transformación que no incluye, necesariamente, una destrucción de empleo.
El empleo, como ha ocurrido a lo largo de la historia, experimentará una transformación que tiende hacia una mayor especialización. Por ello, los expertos avisaban de la necesidad de modelos de formación permanente en las empresas para una mejor adaptación del personal. Modelos basados en el reciclaje de conocimientos y la formación constante en los respectivos puestos de trabajo.
El medio ambiente, un pilar fundamental
Para finalizar, también se hizo gran hincapié en aquello que hace todo esto posible. Desde el Foro de Davos se centró mucho en la necesidad de una nueva economía, menos perjudicial y dañina para el medio ambiente. Si no cuidamos el planeta, este podría correr grandes riesgos y agravar la grave situación que atraviesa y que puede verse reflejada en la evolución del cambio climático. Ver economía solidaria
Para el Secretario General de la Organización de las Naciones Unidas, Antonio Guterres, el mundo está perdiendo la carrera contra el cambio climático “por falta de voluntad política”. La poca importancia que, desde los gobiernos, se le presta a la sostenibilidad del planeta puede causar daños irreparables para nuestras vidas.
Es necesaria una mayor implicación en materia de sostenibilidad y así se destacó en la reunión. La sostenibilidad es clave para que el planeta siga pudiendo ofrecernos todo lo que, hasta ahora, nos ha dado. Por ello, debe hacerse mayor hincapié en la necesidad de un comportamiento más responsable y social, que incluya un desarrollo sostenible del planeta.
La necesidad de una puesta en marcha inmediata
Como podemos observar, el Foro Económico Mundial cerró con unas conclusiones bastante claras y definidas. Para los integrantes del foro, así como los asistentes, la sociedad debe ser más cordial, más responsable, más optimista y, sobre todo, más solidaria. Solo así podremos mejorar el estado de bienestar del que ahora gozan muchos países.
El encuentro ha puesto muchas recetas sobre la mesa que, a partir de ahora, buscan la manera de aterrizar y ponerse en marcha. La difícil situación —además de tensa— que atraviesa el planeta y las relaciones diplomáticas dificultan el crecimiento y la mejora de la economía. Por ello, debemos ponerle fin a aquellos problemas que, únicamente, frenan este crecimiento.
De darse estos cambios, según los expertos que allí se congregaron, podríamos estar ante una mejora que convirtiese el mundo en un planeta más justo, más equitativo y más responsable. Además, la aplicación de dichas recetas traería una mejora en los índices de desigualdad que, hasta hoy, nos han llevado a fracturas sociales que, como lo hemos visto a lo largo de la historia, sólo han traído consigo efectos devastadores para el planeta.