Deuda flotante
La deuda flotante es aquel préstamo que tiene vencimiento a corto plazo, y que puede ser renovado de forma continua. Usualmente, hace referencia a deuda pública.
La deuda flotante es, en otras palabras, aquella que se obtiene por un corto periodo, pudiendo restituirse por otro préstamo a su vencimiento.
Cabe precisar que, en el caso de la deuda pública, esta se adquiere con la emisión de instrumentos como bonos estatales y letras del tesoro. Dichos papeles normalmente pasan a manos de bancos y/o inversionistas nacionales o extranjeros. Así, estos agentes pasan a ser financistas del gobierno.
El concepto de deuda flotante es opuesto al de deuda consolidada, que es aquella con vencimiento a largo plazo. Así, al procedimiento de cambiar deuda de corto plazo por otra de largo de plazo se le denomina consolidación de deuda.
Ventajas y desventajas de la deuda flotante
La principal ventaja de la deuda flotante es que, al renovarse, podría accederse a un menor tipo de interés. De ese modo, el deudor incurriría en menos gastos financieros. Esto es posible si las tasas de interés del mercado bajan.
Asimismo, se debe tomar en cuenta que los tipos de interés de las obligaciones de corto plazo suelen ser menores, en comparación con los intereses de los instrumentos de largo plazo. Esto, debido a que los primeros implican un menor riesgo o incertidumbre para el acreedor.
En contraste, la deuda flotante tiene la desventaja que, si suben las tasas de interés del mercado, el tipo de interés del préstamo podría también elevarse al momento de renovarse. Como consecuencia, se incrementarían los gastos financieros del deudor.
Otro riesgo importante para considerar, particularmente en el caso de la deuda pública, es que los préstamos obtenidos podrían empujar al Estado a emitir nuevos títulos de deuda (para poder cumplir con las obligaciones adquiridas). Esto podría generar un ciclo de endeudamiento que, incluso, en el caso de que el fisco no genere los ingresos suficientes, podría llevar a la emisión inorgánica de dinero, produciendo presiones inflacionarias.
Debemos recordar que el dinero inorgánico es aquel que no tiene un respaldo real, como un aumento de la producción, sino que solo se sostiene en la confianza de los usuarios.
El dinero inorgánico se puede emitir de muchas formas, pero quizás la más alarmante, y que puede generar inflación, es cuando la autoridad monetaria presta dinero a las autoridades estatales, las cuales se comprometen a devolver el financiamiento a futuro. Esto puede generar incluso periodos de hiperinflación, en el peor de los casos.