FOMO
El FOMO es un factor psicológico que puede desestabilizar a los inversores y hacerles tomar decisiones inapropiadas. Puede asociarse a una especie de pánico que invade al inversor por hacerle sentir fuera del mercado.
En el mundo de la inversión, la psicología juega un papel fundamental para poder obtener los rendimientos económicos esperados. Ser capaz de mantener la mente fría y no estremecerse ante los diferentes acontecimientos que se suceden en el mercado es muy importante.
En relación a esto, hoy te explicamos el concepto de FOMO, una situación muy común en la comunidad inversora cuando ocurre un suceso esperado antes de lo previsto.
La palabra FOMO proviene de las siglas de “fear of missing out” en su traducción al castellano es “miedo a quedarse fuera”. Si bien es cierto, este fenómeno puede ocurrir en todos los aspectos de la vida. De hecho, con la aparición de las redes sociales, es un problema cada vez más común ya que los usuarios sienten la necesidad de visitar la plataforma para no perderse ningún contenido.
En el ámbito de la inversión, se produce el FOMO cuando un inversor ha analizado un activo financiero a lo largo del tiempo, y de repente, ocurre un acontecimiento que era esperado pero que todavía no había dado las suficientes señales.
Causas del FOMO
El FOMO puede ser causado por los siguientes motivos:
- No tener una estrategia de inversión clara, esto hará que el inversor tenga dudas acerca de su forma de invertir.
- No manejar la suficiente información para tomar ciertas decisiones.
- Las inseguridades del inversor también desempeñan un papel muy importante.
- Baja capacidad de autocontrol cuando el inversor siente el impulso de tomar una decisión.
El FOMO también tiene una consecuencia principal, esta es la toma de decisiones precipitadas que hagan que el inversor pierda dinero.
Ejemplo de FOMO
Imaginemos que estamos analizando la empresa Coca Cola y esperamos que por sus buenos resultados y por su tendencia se produzca una buena subida. En relación a nuestro análisis, creemos que todavía faltan algunos días para que se produzca, por lo que decidimos esperar un poco más.
Supongamos que en la próxima sesión se produce una revalorización de las acciones del 7%, nuestro subconsciente nos hará creer que no lo hemos sabido ver a tiempo y que de esta forma no nos vamos a poder aprovechar de este crecimiento. Es en este momento, si sentimos el FOMO, cuando entraremos en el mercado aunque no tengamos realmente argumentos para hacerlo.