Mao Zedong (1893-1976) fue un presidente chino y el fundador de la República Popular China. Fue una de las figuras históricas más importantes en la China del siglo XX y gracias a su liderazgo, los comunistas lograron hacerse con el control de China en 1949.
Ya en su juventud tomó parte en la revolución de 1911 que terminó provocando la caída de la dinastía Qing y culminaría con la Primera República Popular China. Entre otras cosas fue maestro y bibliotecario en la Universidad de Pekín. Precisamente en su etapa como bibliotecario donde leería las obras de referentes del movimiento anarquista como Kropotkin y Bakunin.
El ascenso de Mao Zedong en el mundo comunista
Las inquietudes políticas de Mao fueron en aumento y en 1921 contribuyó en la creación del Partido Comunista Chino. Hasta 1927, los comunistas permanecieron aliados con el partido nacionalista chino del Kuomitang. Así, con el estallido de una guerra entre el Kuomitang y los comunistas, Mao se encargó de mantener una guerra de guerrillas con los nacionalistas chinos al tiempo que ponía en marcha una serie de reformas agrarias.
Con las provincias de Hunan y Jiangxi en manos de los comunistas, Mao Zedong proclamó la República Soviética de China, al tiempo que proseguía la lucha contra los nacionalistas chinos de Chiang Kai-shek. Cada vez era mayor el apoyo del que gozaba Mao entre los campesinos. De hecho, a diferencia del comunismo soviético, que buscaba la movilización de los trabajadores de las ciudades, el comunismo de Mao tenía como protagonistas de la revolución a los campesinos.
Sin embargo, ante el acoso de las tropas de Chiang Kai-shek, Mao Zedong y sus hombres tuvieron que retirarse a través del interior de China en 1934 en lo que se conoció como la “larga marcha”. Pero la invasión japonesa de China terminó por unir a los nacionalistas de Chiang Kai-shek y a los comunistas de Mao. De este modo, comunistas y nacionalistas, aliados en 1937, combatirían juntos a los japoneses hasta el final de la Segunda Guerra Mundial.
Con el final de la Segunda Guerra Mundial, se reanudaron las hostilidades entre nacionalistas y comunistas. En 1949, los nacionalistas terminaron siendo derrotados y su líder, Chiang Kai-shek, se refugió en Taiwán. En ese mismo año se fundó la República Popular China, con Mao Zedong al frente del país.
El gran salto adelante, un desastre económico
Entre las políticas llevadas a cabo por Mao destacaría “el gran salto adelante” (1958-1961). Así, la política económica de Mao Zedong pasaba por la colectivización de la agricultura, la abolición de la propiedad privada y la gestión de la economía nacional a través de planes quinquenales.
Sin embargo, las políticas económicas del “gran salto adelante” terminaron por fracasar. Entre las causas que explican este fracaso se encuentran el desplazamiento de numerosos campesinos hacia la industria del acero, la retirada del asesoramiento ruso, el establecimiento de unos objetivos de producción poco realistas y las sequías. Todo ello terminaría desembocando en hambrunas que les costaron la vida a millones de chinos. Sin duda, el “gran salto adelante” constituyó uno de los mayores fracasos económicos de la historia.
El triunfo de Mao no puede entenderse sin el respaldo de Stalin. Y es que, las buenas relaciones con la Unión Soviética durante el gobierno de Stalin fueron clave para Mao. Sin embargo, esta relación de amistad entre China y la Unión Soviética se deterioró a la muerte del dictador soviético.
Revolución cultural y últimos años de Mao Zedong
Si bien Mao dejó la presidencia del gobierno en 1959, seguía ocupando la presidencia del Partido Comunista Chino. Llegado 1966 Mao puso en marcha la llamada revolución cultural china. La corriente maoísta, que era la oficialista, buscaba acabar con las corrientes aperturistas, pues las consideraba burguesas.
La revolución cultural estuvo marcada por la represión al tiempo que Mao afianzaba su poder. Movilizando al pueblo y especialmente a los jóvenes, en lo que se conocería como guardia roja, Mao logró eliminar cualquier tipo de disidencia. Así pues, los años de la revolución cultural china estuvieron marcados por un retroceso en los derechos humanos y supusieron una negativa a la modernización económica del país.
Los últimos años de Mao supusieron una cierta apertura del país al exterior. Ya en 1971 China entraría a formar parte de la Organización de Naciones Unidas (ONU). Otro ejemplo del aperturismo sería la visita del presidente estadounidense Richard Nixon a China en 1972, que conduciría a una normalización de las relaciones entre Estados Unidos y China.
Con la muerte de Mao Zedong en 1976, China ha ido atravesando un proceso de progresiva modernización económica y apertura política, lo que le ha llevado a convertirse en una gran potencia económica mundial.