Servicio: Qué es, características y ejemplos
Descubre la importancia de los servicios en el ámbito económico y cómo satisfacen las necesidades de los clientes de forma personalizada.
¿Qué es un servicio?
Un servicio, en el ámbito económico, es la acción o conjunto de actividades que satisfacen una determinada necesidad. Los clientes lo compran recibiendo un producto inmaterial y personalizado.
A diferencia de los bienes, que son objetos físicos, los servicios son intangibles, es decir, no se pueden tocar ni almacenar, pero aun así tienen valor.
Por ejemplo, cuando vas al médico, tomas un café en una cafetería o contratas a un abogado, estás pagando por un servicio. No te llevas un objeto, pero sí recibes una atención o un beneficio específico.
- Los servicios se definen como acciones o actividades que satisfacen necesidades específicas de los clientes a través de productos intangibles y personalizados.
- Las características principales de los servicios incluyen su intangibilidad, indivisibilidad, heterogeneidad y la imposibilidad de ser almacenados.
- La oferta de servicios puede provenir de sectores públicos, privados o una combinación de ambos.

Servicio: Explicación sencilla
Dicho de forma simple, un servicio es cuando alguien hace algo por ti que te ayuda o te aporta valor, aunque no te entreguen un producto físico.
Y aquí viene lo importante: los servicios se consumen al mismo tiempo que se producen. No puedes guardarlos para más tarde como harías con una barra de pan. Si reservas una cita y no vas, ese tiempo ya se perdió.
Además, suelen ser personalizados, porque se adaptan al cliente y a sus necesidades en el momento.
Características de los servicios
Las características más importantes de los servicios son las siguientes:
- Intangibles: No se pueden ver, ni tocar. No son como un bien que lo tocamos, lo utilizamos, lo guardamos.
- Indivisibles: Aunque se pueden comprar paquetes de servicios por separado, hay una unidad mínima indivisible. Cuando vamos a un hotel, estamos pagando por un servicio. Podríamos incluso pagar por horas, pero el servicio es ese. No podemos tener medio cuerpo dentro del hotel y medio cuerpo fuera.
- Heterogéneos: Son muy diversos y variados. A eso nos referíamos con la amplitud de su significado. Podemos encontrar servicios relacionados con la consultoría, la banca, la contabilidad, hostelería u ocio.
- No se pueden conservar: Por norma general, no se pueden almacenar los servicios. En este sentido, prestación del servicio y consumo son simultáneos. Por ejemplo, si un camarero nos atiende en un restaurante (sector servicios), no podemos almacenar ese servicio o guardarlo. Por ejemplo, un billete de avión con una fecha determinada (a menos que cambiemos la fecha), si no lo utilizamos se pierde. Ese avión ya no vuelve a viajar ese día a esa misma hora. Puede que lo haga otro día, pero no en ese instante.
Todas las características de los servicios se relacionan entre sí.
Diferencia entre un bien y servicio
La principal diferencia es que los bienes pueden ser tangibles (como un coche o un móvil) o intangibles (como un software), pero en cualquier caso pueden almacenarse o transferirse.
Los servicios, en cambio, son siempre intangibles y no se pueden guardar. Además, normalmente son personalizados y requieren presencia o interacción entre quien lo presta y quien lo recibe.
También hay una diferencia en el origen:
Incluso puede existir un modelo mixto, como los servicios sanitarios en algunos países, donde conviven empresas privadas con centros públicos.
Un servicio puede ser público o privado. Es decir, puede prestarlo una empresa o una institución pública como un ayuntamiento o un hospital estatal.
Ejemplos de servicios
Algunos ejemplos típicos del sector servicios incluyen:
- Transporte (taxis, trenes, vuelos)
- Hostelería y turismo
- Sanidad y educación
- Consultoría, banca, seguros
- Servicios domésticos
- Asesoramiento legal o contable
- Cultura y entretenimiento (cine, conciertos, espectáculos)
¿Cómo se contrata un servicio?
Normalmente, los servicios se regulan por contrato o por factura, donde se deja constancia del precio, condiciones, derechos y deberes del cliente y del proveedor.
Además, suele haber un servicio de atención al cliente para resolver dudas, reclamaciones o incidencias.
En definitiva, un servicio es una experiencia o una acción que aporta valor, y aunque no lo puedas guardar en una caja, forma una parte esencial de nuestra economía y de nuestro día a día.