Swap de rentabilidad total (TRS)
Un swap de rentabilidad total (Total Return Swap, TRS) es un derivado financiero por el que dos partes acuerdan intercambiar flujos financieros (ingresos y pagos) durante un periodo establecido. En ese acuerdo el comprador paga una tasa fija a cambio de beneficiarse de cualquier rentabilidad del activo de referencia (subyacente).
En un swap de rentabilidad total siempre hay dos partes. En el punto de partida, de un lado, tenemos al pagador, que posee el activo subyacente. Como propietario, está expuesto a todos los riesgos que presenta el activo (de mercado, crédito, divisa, etc.) pero también disfruta de toda la rentabilidad generada por él.
Del otro lado, el receptor es alguien que quiere beneficiarse de la rentabilidad de dicho activo sin poseerlo. Es importante resaltar el hecho de que el receptor no quiere convertirse en propietario, porque si así fuera, estaríamos hablando de una simple operación de compraventa.
El swap de rentabilidad total es un acuerdo donde, en esencia, ambas posiciones intercambian sus riesgos y beneficios. El pagador (propietario) recibe los beneficios del activo subyacente, pero los transfiere al receptor. A cambio, este le paga una tasa (fija o variable) establecida de antemano.
Ventajas del swap de rentabilidad total (TRS)
- Para el pagador: Asegura una rentabilidad acordada de antemano por un activo que, por sí mismo, presenta una rentabilidad incierta. Además, transfiere el riesgo de mercado y de crédito al receptor.
- Para el receptor: Permite obtener rentabilidad de un activo sin poseerlo. Es decir, a cambio de un desembolso mínimo, puede beneficiarse de todos los beneficios generados por él.
- Para ambos: Se evitan los costes ligados a la transacción del activo.
Desventajas
- Para el pagador: Si bien queda liberado de los riesgos de mercado y de crédito, asume un nuevo riesgo de contraparte. Esto significa que para el propietario del activo, la rentabilidad obtenida ya no pasa por el activo en sí, sino en la capacidad del receptor del swap para cumplir con los pagos acordados. Dado que en muchas ocasiones los receptores de estos swaps actúan con grados relativamente elevados de apalancamiento y que el pagador no sabe cuántos swaps similares ha acordado el receptor, se trata de un riesgo importante.
- Para el receptor: Pasa a asumir todos los riesgos derivados de la posesión del activo. Los principales suelen ser de divisa (si el subyacente está denominado en otra moneda), de mercado (si el activo baja de precio) y de crédito (en el ejemplo anterior, si los prestatarios de la cartera no devuelven sus préstamos).
Un ejemplo de Swap de rentabilidad total (TRS)
Supongamos que un agente financiero A posee una cartera de préstamos que genera un beneficio medio del 3 % anual. Sin embargo, la rentabilidad real fluctúa, ya que parte de los préstamos están referenciados a tipo variable. Por lo tanto, el agente A quiere encontrar una forma de reducir al mínimo esa incertidumbre y asegurarse unos ingresos fijos, definidos de antemano.
Del otro lado tenemos al agente B, que ve potencial en la cartera de préstamos, pero no tiene tanta experiencia ni conocimiento sobre el mercado crediticio. Por lo tanto, prefiere confiar en la cartera elegida por el agente A para ganar exposición a dicho mercado.
Los agentes llegan así a un acuerdo que beneficia a ambos. El propietario de la cartera (el agente A, pagador) continuará recibiendo la rentabilidad real de la misma. Por ejemplo, si un año es del 4 %, recibirá esa cantidad como antes. La diferencia es que ahora deberá transferir ese beneficio directamente a B, el receptor del swap.
Por su parte, B deberá pagar a A una tasa fija del 3 % sobre el valor nominal de la cartera.
Si a su vez el precio de la cartera sube, lo habitual es que el pagador también transfiera al receptor ese beneficio. Por el contrario, si el precio del activo cae, es el receptor quien debe compensar al pagador o propietario.