Triple Alianza

La Triple Alianza fue una alianza entre diversos países en el año 1913 y enmarcada en el conflicto de la I Guerra Mundial. Integró a tres potencias como Alemania, el Imperio Astro-Húngaro e Italia.

La conjunción de la Triple Alianza supuso la unión estratégica, militar y política del Imperio Alemán, el Imperio austro-húngaro y el Reino de Italia.

Tras acercamientos graduales en los años previos a la I Guerra Mundial, esta unión bélica se formalizó en el año 1913, como medida de protección frente a ataques por parte de franceses o rusos y la aparición de terceros por motivos de anexión territorial.

La evolución de la gran guerra derivó en movimientos de bloques, provocando nuevas uniones a la Triple Alianza, en el caso destacado del Imperio Otomano, y el cambio de frente en el caso de Italia.

Un papel relevante en el devenir de la contienda fue la menor anexión de países que tuvo esta alianza frente al otro bloque, la Triple Entente.

De ese modo, la aparición de potencias, como Estados Unidos o China, en el lado de los aliados de la Entente minó las capacidades de la Triple Alianza e influyó en su derrota.

Motivación de la Triple Alianza

Los afiliados de la Triple Alianza contaban con la especial predominancia de dos potencias europeas del momento, como eran Austria-Hungría y Alemania.

La predominancia de dichas naciones englobadas en sus respectivos imperios, así como su afán de expansión y consecución de mayor hegemonía, fueron núcleo de sus argumentos dentro del conflicto.

En ese sentido, es posible destacar algunos puntos clave acerca de sus motivaciones:

  • Mapa colonial mundial: Mientras que Gran Bretaña o Francia disfrutaban de conexiones coloniales a nivel global, los miembros de la Triple Alianza ansiaban una mayor predominancia internacional a nivel económico y diplomático.
  • Conflictos en Balcanes: La aparición de Serbia como nuevo país independiente supuso el nacimiento de una confrontación territorial constante a finales del siglo XIX y principios del XX.
  • Localización geográfica: Tanto alemanes como astro-húngaros encontraban que otras potencias como Francia y Rusia limitaban geográficamente su acción y, en consecuencia, sus intereses económicos y políticos. De cara a ello, y aprovechándose de una mayor capacidad militar, fue anexionándose nuevos territorios y rutas comerciales.
  • Interés de los aliados: En un inicio, Italia secundó los argumentos alemanes y austriacos con vistas a beneficiarse de esta afiliación y crecer como potencia. No obstante, en el transcurso de la guerra optó por cambiar de bando.
  • Pérdida de un líder: El asesinato del archiduque Francisco Fernando, dirigente del Imperio austro-húngaro es considerado como el detonante de la I Guerra Mundial. Este hecho motivó oficialmente la declaración de guerra.
  • Rivalidades anteriores: Este conflicto supuso la resolución de distintas crisis anteriores entre los participantes. En ese sentido, Alemania buscaba minar a Francia y ganarle el territorio previamente perdido en guerras anteriores. Así ocurrió, por ejemplo, al conquistar Serbia, Bélgica o Luxemburgo.

El deterioro propio de la evolución de la guerra y multitud de conflictos internos provocó un desgaste significativo. En 1918 se ponía fin a la misma con la petición de armisticio de los austriacos.

Como consecuencia, estos y los alemanes principalmente fueron firmemente reprendidos internacionalmente por medio del Tratado de Versalles, con importantes resultados negativos en términos políticos y económicos para dichas naciones.

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Javier Sánchez Galán , 08 de enero, 2021
Triple Alianza. Economipedia.com