El café colombiano también conocido como café árabigo es uno de los más apreciados en el mundo. Tan importante ha sido el café en la economía de Colombia que, a lo largo del siglo XX, fue su principal producto de exportación. Sin embargo, el sector cafetero no atraviesa sus mejores momentos y en el mes de febrero la libra de café cayó hasta los 97,44 centavos de dólar por libra, marcando el precio más bajo de los últimos 12 meses.
Las continuas caídas del precio del café están preocupando seriamente a los productores y especialmente a Colombia, donde 540.000 familias se dedican a la producción de café. Por volumen de producción, Colombia se sitúa en tercer lugar a nivel mundial. Hasta tal punto se ha desplomado el valor del café que los productores no cubren costes. Prueba de ello es que una carga de 125 kilos de grano supone unos costes valorados en 250 dólares frente a los 220 dólares que están ofreciendo actualmente los mercados. Estamos pues ante una situación en la que los precios no reflejan el verdadero valor del café colombiano, que es uno de los de mayor calidad del mundo.
Especulación en los mercados de materias primas
Antes de analizar en profundidad las características del café colombiano y las causas de su caída de valor, conviene conocer cómo funcionan los mercados. En primer lugar, hay que señalar que el café se encuadra en los mercados de materias primas, también llamados commodities. En los mercados se puede invertir en materias primas muy diversas como en los metales (oro, plata, cobre), en energías como el petróleo o el gas natural, sin olvidar que también existe la posibilidad de invertir en alimentos y cómo no, en el café.
Así pues, los mercados de materias primas se rigen por la ley de la oferta y de la demanda. Un instrumento de inversión muy utilizado en los mercados de materias primas son los contratos de futuros. Recordemos que un contrato de futuro es un compromiso para intercambiar activos a un precio cierto en una fecha determinada. Este tipo de contratos también incluyen los costes de transporte, los costes de almacén y la fecha de entrega de la mercancía.
Precisamente en mercados como Wall Street se invierte en el café a través de contratos de futuros. Sin duda alguna, el café de Colombia es el más prestigioso del mundo, sin olvidar el producido en lugares como Honduras, México, Costa Rica, Brasil y Guatemala.
Es aquí donde entra en juego la especulación. Hay quienes responsabilizan a los corredores de la bolsa de Nueva York de las fuertes caídas que han sufrido los precios del café colombiano. Así, los especuladores adquieren títulos del café y, llegado el momento, se deshacen de ellos, provocando un desplome de su valor.
Puesto que los caficultores están soportando unos costes de producción superiores al precio de venta, son muchos quienes defienden la idea de abandonar la bolsa de Nueva York. La estrategia de los productores de café pasaría por no utilizar la bolsa como indicador de referencia, fijando un precio independiente del índice de Wall Street que permita a los caficultores subsistir y cubrir los costes de producción.
El caso brasileño
Otra de las razones que explican el fortísimo descenso de los precios del café es el exceso de oferta. Como es habitual en este tipo de situaciones, una oferta excesiva provoca una caída de los precios. Parte de la coyuntura por la que atraviesa el sector cafetero se debe a las excepcionales cifras de producción registradas en Brasil, que es el primer productor mundial de café. Y es que, el año pasado, el país carioca alcanzó una excepcional producción de unos 62 millones de sacos de café.
Por otra parte, las transacciones de café brasileño se llevan a cabo en dólares estadounidenses. Con el real brasileño perdiendo valor, las exportaciones de Brasil se vuelven mucho más competitivas, perjudicando notablemente a países como Colombia.
Ahora solo queda por ver si los productores de café optarán por abandonar definitivamente la bolsa de Nueva York para tratar de conseguir unos mejores precios de venta.