Según la Agencia Tributaria (AEAT) en 2019, se recaudaron un total de 212.808 millones de euros en concepto de tributos, lo que supuso un 2% más que en 2018.
Los informes de la AEAT, al menos en España, salen con un año de retraso. De modo que para obtener datos definitivos sobre un año en concreto, hay que esperar al año siguiente. Por ejemplo, para ver la recaudación tributaria definitiva del año 2019 tuvimos que esperar hasta finales de abril de 2020. No obstante, la distribución de la recaudación no suele cambiar mucho de un año otro. Por tanto, en este artículo veremos cuántos tributos se pagan en España y cómo han evolucionado.
Lo anterior, no solo nos proporciona información tributaria al uso, sino que nos ofrece la capacidad de interpretar si las medidas propuestas por los diferentes mandatarios son posibles. Y más que si son posibles, que suelen serlo a menudo, qué consecuencias tendrían para sus ciudadanos.
Nota: Es importante destacar que hacemos referencia a impuestos porque es cómo la mayoría de ciudadanos hacen referencia a lo que en realidad son tributos. No obstante, en el siguiente enlace explicamos la diferencia ↓
No todos los ingresos del Estado provienen de tributos
«No todo lo que se recauda son tributos, debemos tener en cuenta también las cotizaciones a la Seguridad Social, así como otros ingresos».
No todo lo que se recauda son tributos, debemos tener en cuenta también las cotizaciones a la Seguridad Social, así como otros ingresos. Estas cotizaciones sirven para pagar partidas tan importantes como las pensiones (contributivas y no contributivas) y las prestaciones por desempleo. Sin embargo, cuando se pagan esas cotizaciones, técnicamente, el ciudadano no está tributando, sino cotizando. La idea es que las cotizaciones de los trabajadores actuales sirvan para financiar a los beneficiarios de pensiones y prestaciones por desempleo actuales.
Lo anterior es determinante. ¿Por qué? Porque la mayoría de los beneficiarios de pensiones y prestación por desempleo han generado, con su trabajo, un derecho de cobro. Dicho de otro modo, trabajaron, cotizaron, y ahora les corresponde legalmente percibir dichas cuantías. Por lo que el dinero de la Seguridad Social (aseguradora pública) circula entre aquellos que están generando el derecho y aquellos que están ejerciendo el derecho que generaron.
Así, aunque existen beneficiarios que no han contribuido legalmente (amparados por el Estado de bienestar), estos son una pequeña parte del gasto total. En conclusión, y teniendo en cuenta que la Seguridad Social presenta un déficit superior a los 20.000 millones, no se puede (o no se debe) dedicar ese ingreso a otras partidas. En todo caso, serán los ingresos tributarios (o la deuda) los que deban financiar ese déficit.
Distribución de los ingresos tributarios
Teniendo en cuenta esta diferencia, ¿cuántos tributos recauda España? ¿Cómo han evolucionado?
Esto podemos verlo en los siguientes dos gráficos:
De estos dos gráficos podemos extraer la siguiente información:
- El 54% de los ingresos tributarios son impuestos directos. Principalmente provenientes del IRPF y del impuesto sobre sociedades (IS). Equivale a 114.053 millones de euros.
- El 45% de los ingresos tributarios son impuestos indirectos. Fundamentalmente IVA e impuestos especiales (alcohol, tabaco, hidrocarburos, etc). Equivale a 96.590 millones de euros.
- Y, el 1% de los ingresos tributarios son tasas y otros ingresos. Ascienden a 2.164 millones de euros.
Si sumamos las partidas, hacen un total de 212.808 millones de euros en 2019, tal y como indica la segunda gráfica que representa la evolución de la recaudación tributaria total.
Y, teniendo en cuenta que la población en España era de unos 47 millones en 2019, cada español, pagó de media en 2019, algo más de 4.500 euros. Sin contar, eso sí, como hemos indicado anteriormente, las cotizaciones a la Seguridad Social.
¿Cuánto podrían decrecer los ingresos totales tributarios en España?
Es complicado realizar una estimación fiable, ya que la recaudación de impuestos depende de bases imponibles, de los tipos de gravamen y de la actividad económica. Dicho de manera más sencilla, depende básicamente de si suben o bajan los impuestos (decisión política) y de si la actividad económica crece o decrece (entorno económico, político y geográfico).
Por ejemplo, suponiendo todo lo demás constante, si los impuestos se mantienen (ni suben ni bajan), pero la economía decrece, previsiblemente los ingresos tributarios se reducirán. ¿Por qué? Porque probablemente se destruirá empleo, lo que produciría una menor recaudación por impuestos directos; y, posiblemente, los ciudadanos consumirán menos, lo que implica una menor recaudación de impuestos indirectos. En este caso, sin bajadas de impuestos se reduce la recaudación.
A causa de la pandemia, muchos países, no solo España, verán reducida su recaudación tributaria, por lo que las cuentas públicas sufrirán grandes variaciones. Así pues, aunque se han realizado grandes esfuerzos para tratar de sortear el revés que ha supuesto esta crisis, los Estados deberán ser cautos en sus estimaciones de ingresos y gastos. Pues una necesidad de endeudamiento excesiva podría acabar provocando un colapso en los mercados financieros.
Ricardo Enrique Matheus Carrasquero dice
Podría entenderse que todo ciudadano en estancia , residencia y español es contribuyente dado que un 45% de los ingresos del Estado provienen de un impuesto indirecto, en este caso el IVA. A este habría que agregar las tasas canceladas por múltiples asuntos. Es incorrecto, entonces, afirmar que quienes no pagan impuestos directos no son contribuyentes. Todo aquel que reside en España es un contribuyente y como tal debe ser considerado ante la ley, la administración del Estado y la Justicia.