¿Qué razones han puesto a Argentina al borde del colapso económico?

¿Qué ha ocurrido con Argentina? ¿Cuáles han sido las causas que han llevado al país al borde del colapso económico y financiero? Y por último, ¿qué plan ha planteado Macri para solucionar lo ocurrido en el país?

Todo el planeta ha sido testigo de lo ocurrido en los últimos meses en Argentina. La economía Argentina llevaba ya muchos años sin ser el centro de atención económico global. Ahora, tras los últimos sucesos, no solo centraron el foco de los principales organismos y gobiernos, sino que la situaron al borde del colapso, tanto financiero como económico. La creciente inflación, con la consecuente devaluación de la moneda, puso contra las cuerdas a una economía que suplicaba una intervención del Fondo Monetario Internacional (FMI) con el fin de sostenerla.

Con la llegada del nuevo presidente, el señor Mauricio Macri, la Argentina se encontraba con un entorno económico bastante complejo. Utilizar el término complejo no se debe a que la economía estaba desolada. Sino que se dieron varias situaciones que, juntas, pusieron la economía del país al borde del colapso financiero y económico. Esto, lo que provocó fue que el Gobierno solicitara un apoyo financiero al Fondo Monetario Internacional (FMI), con el fin de paralizar el vertiginoso desplome que estaba sufriendo. ¿Qué ocurrió para que se diese esto?

Unas políticas excesivamente expansivas

Como hemos comentado anteriormente, el nuevo Presidente llegaba con toda la intención de sustituir el modelo económico que se había llevado a cabo con el anterior Gobierno. Para Macri, el modelo por el que se estaba optando estaba siendo un modelo incorrecto. Un modelo basado en excesos de gasto público y que, únicamente, agravaba los riesgos a los que se enfrentaba el país. Por ello, el Presidente argentino anunció un nuevo modelo, basado principalmente en la reducción del gasto, la contención de la creciente inflación y un reajuste que subsanase el déficit fiscal que poseía el país y que amenazaba la salida de capital de los inversores.

No es fácil identificar cuáles fueron las verdaderas razones que llevaron a una economía como la de Argentina a pasar de ser una economía moderadamente normalizada, a ser una economía en proceso de destrucción.

• Déficit fiscal excesivo: Con la transición en la presidencia, el nuevo gobierno se encontró con un déficit fiscal muy distante del exigido por los inversores.
• Tipo de cambio en caída libre: Un tipo de cambio completamente maquillado, pues había estado tan controlado que llegó a ser sostenido artificialmente y que agravaba la situación de las empresas del país.
• Falta de competitividad: De la misma forma, existía un retraso en la competitividad del país y que lastraba su posicionamiento en el ranking.

A esto se le sumó el problema de la inflación Argentina, la cual, pese a los esfuerzos realizados por el Gobierno de Macri, esta no ha logrado reducirse por debajo de los dos dígitos. Un hecho que sitúa al país entre los países con mayores niveles de inflación y que alejaban al país del objetivo planteado.

El tema de la inflación es un punto importante a tener en cuenta. Este tema era de los principales objetivos de la nueva presidencia. La cual planteaba una reducción de la inflación que, a día de hoy, no ha experimentado una reducción satisfactoria. Es decir, se ha reducido, pero no lo suficiente como para generar confianza en los inversores.

El plan alternativo de Macri

Con motivo del poco éxito de las políticas de sus predecesores, el Gobierno Argentino tomó varias decisiones. Sobre todo con la idea de evitar que Argentina sufra un colapso económico:

• Reducir el gasto público: Pues el país seguía gastando por encima de sus ingresos.
• Subida de tipos de interés: Un incremento de los tipos de interés por encima del 40%, tratando de que la subida de tipos consiga reducir la inflación.
• Liberalización financiera: Por último, una liberalización financiera que permitiese a los ciudadanos cambiar pesos por moneda extranjera. Una medida, por cierto, que llevó a que la moneda nacional sufriera una escalofriante caída, a causa de la desconfianza de los inversores.

En resumen, la nueva crisis económica que atravesaba el país no se debía a un problema en concreto, sino que procedía de un cruce de sucesos y preocupantes indicadores, a la vez de una transición gubernamental. Y, por consiguiente, en el modelo macroeconómico que estaba aplicando el país, el cual había estado basado principalmente en la reducción del gasto público. Ni que decir queda que dicho modelo lleva 53 de los últimos 57 años presentando un déficit fiscal en las cuentas públicas.

Por otro lado, la contención del peso argentino y la falta de racionalidad en el tipo de cambio continuaba amenazando los ingresos del tejido empresarial. En último lugar, la creciente inflación del país continuaba su tendencia alcista, ante una impasible actuación del gobierno.

Para Macri, su gobierno debía ser el gobierno que provocase ese cambio en la Argentina y que, por otro lado, acabase con esos excesos que, como el propio Macri comentaba, estaban hipotecando al país y a su ciudadanía. Sin embargo, el problema que se dio fue el exceso de gradualidad en la implantación y el escaso e insignificante impacto que estaba teniendo en la economía nacional. Por ello, como bien indicaba el FMI, lo que verdaderamente necesitaba el país y su economía era una estrategia de shock, la cual aplicase las medidas necesarias para garantizar un mayor crecimiento para el país.

La intervención del FMI

Ante los problemas que esto desencadenó, el Fondo Monetario Internacional tuvo que hacerse cargo de la intervención en el país, marcando las pautas a seguir para lograr un mayor crecimiento de la economía. Sin embargo, aún es pronto para hablar de la economía argentina, pues como muestran los datos históricos, esta experimenta unos problemas internos en el modelo económico que auguran nuevas recesiones para el país. Además, a esto debemos sumarle la incertidumbre global, la cual tampoco augura un crecimiento para la economía mundial.

Por último, y haciendo alusión a las declaraciones del Fondo Monetario Internacional, la situación de Argentina ante la intervención del FMI pretende garantizar un crecimiento económico para el próximo año, el cual se llegó a pronosticar en el 0%. Para ello, el organismo presidido por Christine Lagarde ha llevado a cabo una estrategia menos gradual que la planteada por Macri. No obstante, dicha estrategia, mantiene las mismas intenciones que las que pretendía llevar a cabo el Presidente. Es decir, una reducción de los innumerables excesos que habían acometido sus predecesores.