Banquero
El banquero es la persona dedicada al negocio de intermediación financiera. Es decir, se trata del propietario o director de una entidad donde se puede depositar dinero o solicitar un préstamo.
La actividad del banquero también incluye grandes transacciones en el mercado de capitales. Asimismo, abarca la asesoría en inversiones para individuos de alto patrimonio.
Para ser más precisos, todos los miembros de la junta general de socios de una institución financiera pueden ser llamados banqueros. Igualmente sucede con los gerentes cuya función es tomar decisiones desde el directorio de la compañía.
A veces también se utiliza el término banquero para denominar a los encargados de la relación comercial y asesoramiento en un banco.
Cualidades de un banquero
Entre las cualidades que un banquero debe tener, destacan:
- Educación: Los banqueros que ocupan puestos de gerencia requieren una formación profesional especializada. Ello implica licenciatura en economía, finanzas, administración de empresas, ingeniería o afines. Además, en cuanto a posgrados, cada vez es más solicitado un MBA u otro máster similar.
- Liderazgo: Los altos puestos ejecutivos necesitan de un profesional con la capacidad de liderar personas. Esto es importante en entornos laborales como el financiero donde los niveles de estrés y competencia suelen ser muy altos.
- Capacidad de análisis: La gestión de grandes sumas de dinero requiere de habilidades matemáticas superiores a las básicas. Ello es importante para un gerente, pero también para los accionistas porque, de otro modo, no entenderán cómo se está invirtiendo su capital.
- Comunicación: Un banquero no solo debe realizar cálculos complejos, sino que debe saber explicarlos a los distintos grupos de interés: Empleados, clientes, socios, competencia y comunidad en general. Los mensajes deben transmitirse eficientemente para que el público confíe en la institución financiera.
Historia de los banqueros
El surgimiento de los banqueros, tal y como los conocemos ahora, fue al norte de Italia, en Florencia, Venecia y Génova. Para ser precisos, entre finales de la época medieval e inicios del Renacimiento.
Las primeras familias reconocidas en el negocio de intermediación financiera fueron los Bardi y los Peruzzi. Ellos dominaron la banca de Florencia en el siglo XIV, expandiéndose luego a toda Europa. Otro caso famoso de ese tiempo fue el del banquero italiano Juan de Médici.